Recibido: 05.03.2020
Aceptado: 26.05.2020
Publicado: 30.06.2020
Cómo citar este artículo:
González Díaz, P., 2020. La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX:
fundamentos del diseño de herramientas y metodologías basadas en el
control. Inmaterial. Diseño, Arte y Sociedad, 5(9), pp. 83-114
La mirada tecnológica
en los siglos XIX y XX:
fundamentos del diseño
de herramientas y
metodologías basadas
en el control
Paloma
González
Díaz
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Inmaterial 09
La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
Resumen
A lo largo de los siglos XIX y XX, se diseñan y desarrollan herramientas y metodologías que cambian el
modo de ver y de entender el mundo. La mirada tecnológica suple la visión del entorno del ser humano
retomando principios de control ideados y propuestos por J. Bentham en el panóptico, un sistema utili-
tario destinado a reformar el sistema penitenciario.
En el desarrollo de nuevos paradigmas de uso relacionados con la visión tecnicada, intervienen en una
primera etapa investigadores y teóricos de ámbitos dispares. Dada la relevancia de los resultados obte-
nidos en investigaciones realizadas sobre herramientas y técnicas por cientícos, fotógrafos e invento-
res, son los gobiernos los que se interesan en mejorar y ampliar las posibilidades de algunas de las pro-
puestas para poder utilizarlas como sistemas de control y defensa. A causa de los costes de desarrollo y
explotación de las tecnologías relacionadas con la mirada, estas, una vez utilizadas en labores militares,
suelen evolucionar hasta convertirse en herramientas de uso cotidiano.
Palabras clave: #diseño #control #tecnología #metodología #herramientas
Resumen
A lo largo de los siglos XIX y XX, se diseñan
y desarrollan herramientas y metodologías
que cambian el modo de ver y de entender el
mundo. La mirada tecnológica suple la visión
del entorno del ser humano retomando prin-
cipios de control ideados y propuestos por J.
Bentham en el panóptico, un sistema utilita-
rio destinado a reformar el sistema peniten-
ciario.
En el desarrollo de nuevos paradigmas de
uso relacionados con la visión tecnicada,
intervienen en una primera etapa investiga-
dores y teóricos de ámbitos dispares. Dada la
relevancia de los resultados obtenidos en in-
vestigaciones realizadas sobre herramientas y
técnicas por cientícos, fotógrafos e invento-
res, son los gobiernos los que se interesan en
mejorar y ampliar las posibilidades de algu-
nas de las propuestas para poder utilizarlas
como sistemas de control y defensa. A causa
de los costes de desarrollo y explotación de
las tecnologías relacionadas con la mirada,
estas, una vez utilizadas en labores militares,
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Paloma González Díaz
Resumen
A lo largo de los siglos XIX y XX, se diseñan y desarrollan herramientas y metodologías que cambian el
modo de ver y de entender el mundo. La mirada tecnológica suple la visión del entorno del ser humano
retomando principios de control ideados y propuestos por J. Bentham en el panóptico, un sistema utili-
tario destinado a reformar el sistema penitenciario.
En el desarrollo de nuevos paradigmas de uso relacionados con la visión tecnicada, intervienen en una
primera etapa investigadores y teóricos de ámbitos dispares. Dada la relevancia de los resultados obte-
nidos en investigaciones realizadas sobre herramientas y técnicas por cientícos, fotógrafos e invento-
res, son los gobiernos los que se interesan en mejorar y ampliar las posibilidades de algunas de las pro-
puestas para poder utilizarlas como sistemas de control y defensa. A causa de los costes de desarrollo y
explotación de las tecnologías relacionadas con la mirada, estas, una vez utilizadas en labores militares,
suelen evolucionar hasta convertirse en herramientas de uso cotidiano.
Palabras clave: #diseño #control #tecnología #metodología #herramientas
suelen evolucionar hasta convertirse en he-
rramientas de uso cotidiano.
Palabras clave: #diseño #control #tecnología #metodología
#herramientas
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La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
Abstract
roughout the 19th and 20th centuries, tools and methodologies were designed and developed that
changed the way we see and understand the world. e technological perspective extended the human
vision of its environment based on the principles of control conceived and proposed by J. Bentham by
the Panopticon, a utilitarian system aimed at reforming the prison system.
In the development of new paradigms of use related to the technied vision, researchers and theore-
ticians from dierent elds intervened in the initial stage. However, given the relevance of the results
obtained in research carried out on tools and techniques by scientists, photographers and inventors, it
was the governments that became most interested in improving and expanding the possibilities of some
of the proposals so that they could be used as systems for control and defense. Given the costs of deve-
lopment and exploitation of many of the technologies analyzed, once used for military ends, they oen
evolved into tools for everyday use.
Keywords: #design #control #technology #methodology #tools
Abstract
roughout the 19th and 20th centuries,
tools and methodologies were designed and
developed that changed the way we see and
understand the world. e technological
perspective extended the human vision of its
environment based on the principles of con-
trol conceived and proposed by J. Bentham
by the Panopticon, a utilitarian system aimed
at reforming the prison system.
In the development of new paradigms of use
related to the technied vision, researchers
and theoreticians from dierent elds inter-
vened in the initial stage. However, given the
relevance of the results obtained in research
carried out on tools and techniques by scien-
tists, photographers and inventors, it was the
governments that became most interested in
improving and expanding the possibilities
of some of the proposals so that they could
be used as systems for control and defense.
Given the costs of development and exploi-
tation of many of the technologies analyzed,
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Abstract
roughout the 19th and 20th centuries, tools and methodologies were designed and developed that
changed the way we see and understand the world. e technological perspective extended the human
vision of its environment based on the principles of control conceived and proposed by J. Bentham by
the Panopticon, a utilitarian system aimed at reforming the prison system.
In the development of new paradigms of use related to the technied vision, researchers and theore-
ticians from dierent elds intervened in the initial stage. However, given the relevance of the results
obtained in research carried out on tools and techniques by scientists, photographers and inventors, it
was the governments that became most interested in improving and expanding the possibilities of some
of the proposals so that they could be used as systems for control and defense. Given the costs of deve-
lopment and exploitation of many of the technologies analyzed, once used for military ends, they oen
evolved into tools for everyday use.
Keywords: #design #control #technology #methodology #tools
once used for military ends, they oen evol-
ved into tools for everyday use.
Keywords: #design #control #technology #methodology
#tools
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La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
1.Revisión histórica sobre el acceso y control de
la tecnología: una cuestión de poder
1.1.El modelo de control
La Revolución francesa instaura el principio de la
igualdad de todos los individuos ante la ley, aspecto
que tuvo considerables efectos en el derecho civil,
penal, procesal, scal y administrativo, tal como se
maniesta en la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, de 26 de agosto de 1789.
Aunque evidentemente se trata de una propuesta
pionera, es importante resaltar que algunas de
las ideas que recoge este documento se basan en
conceptos integrados en la Declaración de Indepen-
dencia estadounidense y en el espíritu losóco del
siglo XVIII. El texto marca el n del Antiguo Régi-
men y el comienzo de una nueva era, que no solo
tendrá consecuencias para el ps galo. El concepto
y gestión del sistema penitenciario será uno de los
ámbitos a los que afectará de manera determinante
la novedosa concepción de los derechos humanos.
El reformador social londinense John Howard es
el principal impulsor de la reforma de los centros
carcelarios y de la mejora de los sistemas sanitarios
públicos británicos. La repercusión de los estudios
realizados en el siglo XX por Michel Foucault sobre
el tema eclipsa en buena medida sus logros, y se
otorga, desde la publicación de textos como Vigilar
y castigar, mayor relevancia a la gura de Jeremy
Bentham (Foucault, 2008).
Howard, impresionado por las condiciones que
encuentra en la cárcel de Bedfordshire tras ser
nombrado comisario de la localidad, se convierte
en un defensor a ultranza de la reforma del sistema
penitenciario británico. Su posición es rme y clara:
la cárcel no corrige, sino que “contagia la crimina-
lidad”, lo que obliga a modicar todas sus normas
(Foucault y Morey, 2011, p. 100). En “A propósi-
to del encierro penitenciario, Foucault señala al
respecto que el encierro penal en los siglos XVII y
XVIII respondía a cuestiones socioeconómicas: el
objetivo era apartar de la sociedad a vagabundos,
inestables o agitadores. Los penados, por tanto, no
tenían que ser infractores ni castigados bajo la ley
penal.
Tras recorrer los centros de su ps y del resto de
Europa, Howard publica e state of prisons in
England and Wales (1789, citado en Howard, 2003),
obra conocida como la “geografía del dolor”. En ella
establece una nueva concepción de las cárceles e in-
cluye aspectos tan innovadores como los siguientes:
— Un adecuado régimen alimentario y de higiene.
— Los diferentes tratamientos a los que se debe
someter a los detenidos y a los encarcelados.
— La clasicación y separación de los reclusos por
sexo y edad.
— La educación moral y religiosa que se debe
instaurar con el objetivo de reinsertar a los
internos.
— Los trabajos que deben realizar los reclusos.
— Un revolucionario sistema de celdas incomunica-
das, conocido como “sistema celular dulcicado.
Jeremy Bentham (1748-1832), lósofo y reformis-
ta social, es uno de los defensores del utilitarismo
jurídico británico cuyas ideas inician la reforma del
sistema carcelario de su país. Su utilitarismo, de
carácter empírico, se basa en que todo ser humano
evita el dolor y busca el placer, entendido este como
cualquier acto que brinda alguna satisfacción y
que atiende a dos principios básicos: la pureza y la
fecundidad (González, 2013).
Publica, desde 1787, diversos artículos relacionados
con el correcto tratamiento y alojamiento de de-
terminados delincuentes, así como con el estable-
cimiento de lugares apropiados para su recepción.
En paralelo, desarrolla y perfecciona una propuesta
arquitectónica a la que adjunta un plan de gestión
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y organización. En su proyecto, plantea un sistema
económico y de gestión más económico y ecaz
para el Estado, al que otorga la potestad de castigar
al individuo. Presentado con el título Panopticon; or,
e Inspection-House (1791), dicho sistema puede
ser aplicado a cualquier tipo de establecimiento en
el que los internos deban mantenerse bajo control
y vigilancia permanentes: penitenciarías, cuarteles,
cárceles, industrias, hospicios, manicomios, hos-
pitales, escuelas... Aunque su propuesta no se lleva
nunca a cabo tal como su autor la había imaginado,
genera una importante inuencia en las denomina-
das “nuevas arquitecturas de la vigilancia, basadas
en la “sensación de observación” (Cortés, 2010, pp.
18-21), tendencia que permanece y se refuerza en
nuestro entorno en cualquier ámbito de la cotidia-
neidad contemporánea. La facultad de ver con una
mirada todo lo que se hace (1791, citado en
Bentham, 1979, p. 37) se facilita gracias a su idea de
estructura circular, edicada alrededor de un núcleo
en forma de torre central. Concebida para ser cons-
truida en la periferia de las poblaciones, produce,
según Bentham, que todo interno pierda el “poder
de hacer el mal” o la capacidad de intentarlo. El pe-
nado es observado permanentemente desde la torre
—el único elemento arquitectónico omnipresen-
te—, visualizada a contraluz desde su celda de inter-
namiento y que le impide contemplar lo que ocurre
a su alrededor mediante una compleja estructura de
tabicado de celdas. Un ingenioso sistema de tubos
de hojalata permite comunicar desde la torre central
cualquier tipo de aviso o recordatorio a cada uno de
los internos, que pasan a ser tratados en el proyecto
como una individualidad. Así, dejan de ser concebi-
dos como una masa, tal como sucedía en el Antiguo
Régimen.
Michael Foucault rescata las tesis de Bentham en
1975, mientras investiga los nexos entre el panóp-
tico y la modernidad (Lyon, 1995, pp. 93-100). En
Vigilar y castigar, desarrolla el estudio crítico de este
nuevo concepto de prisión modélica que preten-
de garantizar el orden gracias al funcionamiento
automático de un poder visible pero invericable
(Foucault, 2008, p. 203):
Basta […] situar un vigilante en la torre
central y encerrar en cada celda a un loco,
un enfermo, un condenado, un obrero o
un escolar. Por efecto de la contraluz, se
pueden percibir desde la torre [...] las
pequeñas siluetas cautivas en las celdas de
la periferia. […] El dispositivo panóptico
dispone unas unidades espaciales que
permiten ver sin cesar y reconocer al
punto. […] Cada cual, en su lugar, está
bien encerrado en una celda en la que es
visto de frente por el vigilante; pero los
muros laterales le impiden entrar en
contacto con sus compañeros.
Para Foucault, el modelo panóptico de poder solo
resulta productivo si se extiende a todos los tejidos
sociales mediante técnicas y relaciones discipli-
narias que crean individuos sometidos, dóciles y
útiles. Puede convertirse en un gran laboratorio de
experimentación y en aparato de control del propio
sistema. No se fundamenta en sistemas represivos,
sino que propone “formar individuos”, controlados
socialmente desde diferentes instituciones. Con ese
n se generan mecanismos que llegan a naciona-
lizarse para llevar a cabo funciones como la vigi-
lancia, la persecución de delincuentes o el control
económico y político, lo que da lugar a nuevos
instrumentos de vigilancia de carácter invisible y
permanente.
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Fig. 1. Propuesta de Jeremy Bentham (1791, vol. IV, pp. 172-173).
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En los comentarios sobre la obra de Bentham, se suele obviar un dato funda-
mental: su objetivo principal era obtener benecios económicos y mejorar su
posición social. No obstante, la puesta en marcha del proyecto arquitectóni-
co en el que se proponía establecer una metodología rutinaria de vigilancia
invisible —pero omnipresente— no logra convencer al Gobierno británico.
Paradójicamente, sus principios basados en sistemas disciplinarios se desa-
rrollan y amplican en todas las instituciones de la modernidad, pues logran
alcanzar un gran impacto gracias a la ayuda de sistemas tecnológicos que
posibilitan el sustento de dichos principios. Anthony Giddens apunta que,
como consecuencia de esta reexiva organización social, surgen especialistas
en evaluación del conocimiento racional que restructuran tanto el tiempo
como el espacio, lo cual transforma por completo la vida cotidiana (Lyon,
1995, p. 95).
De esta manera, se inicia la era del n de la privacidad “en nombre de la de-
fensa del Estado, adaptando y extendiendo los principios característicos de
un espacio panóptico a todo el territorio (Bentham y Foucault, 1979, p. 75):
1. La presencia universal y constante del máximo mando, encarnado en el
guardián superior—contratista—empresario.
2. La convicción de que todos los miembros del establecimiento viven y obran
bajo la inspección de un responsable que dene, guía y supervisa la conducta
de los internos sin tener en cuenta ni sus pensamientos ni su voluntad.
3. La aplicación del poder por parte de la gura que establece las normas.
4. La potestad que se le otorga al legislador, a la nación y a cada individuo
para asegurarse de la aplicación y corrección del plan establecido. La admi-
nistración propuesta ha de ser aplicada por expertos con el conocimiento
suciente para poder llevar a buen n las prácticas convenidas. La microso-
ciedad diseñada por Bentham solo puede funcionar mediante la coordinación
y la estricta división de poder, que separa drásticamente a los que gobiernan
(“seres libres”) de los que son gobernados a través de un medio cuyo objetivo
será adaptado en las legislaciones liberales europeas del siglo XIX.
Fig. 2. Comparación del nuevo plan con la antigua casa de caridad, de Augustus Pugin (s. XIX).
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1.2.1. Fotografía: nueva mirada tecnificada del entorno
La tecnología de la vigilancia y el control tecnoló-
gico actual tiene su origen en la aparición de la fo-
tografía. La verdadera conexión entre ambos surge
a mediados del siglo XIX, cuando emerge un gran
interés hacia una faceta innovadora de la segunda:
el desarrollo inicial de la fotografía aérea.
En 1858, el fotógrafo Gaspard-Félix Tournachon,
conocido como Nadar, logra exponer una placa a
más de 80 metros de altura sobre la localidad de
Bièvres, en Francia, desde un globo aerostático
cautivo. El impacto de su hazaña queda plasmado
para la posteridad en una irónica litografía publica-
da en la revista Le Boulevard por Honoré Daumier
el 25 de mayo 1863, en la que, haciendo gala de su
conocida sentencia —“Uno debe pertenecer a su
época” (Gombrich, 2003, p. 249)—, ridiculiza el
papel de la fotografía como espectáculo. La carica-
tura se acompaña de un epígrafe de carácter burles-
co: “Nadar elevando la fotografía a las cumbres del
arte” (Jay, 2007, p.115). En ella se contempla a un
histriónico y frágil Nadar sobrevolando y fotogra-
ando una ciudad plagada de rótulos que anuncian
servicios fotográcos profesionales. La imagen
plasma un fenómeno que, aunque parecía constituir
una moda pasajera, nalmente brinda nuevas expe-
riencias visuales y amenaza el futuro de la pintura y
las artes tradicionales.
El ejército francés, motivado por el gran éxito del
ingenio y atraído por la tecnología aplicada en la
experiencia, se dirige a él en 1859 para ofrecerle cin-
cuenta mil francos por captar los movimientos de
las tropas en el conicto con Italia, pero Nadar re-
chaza la propuesta (Jay, 2007). En cambio, muestra
un mayor interés en apoyar mediante la tecnología
fotográca a los destacamentos de su país durante el
asedio de París por parte de los prusianos en 1870.
Culminado el desarrollo del proceso en seco de
las placas fotográcas, desaparece el revelado en el
interior del globo, situación que permite efectuar
vuelos “libres” desde 1879. En junio de ese mismo
año, el francés Raymond Triboulet logra registrar
por primera vez una vista cenital de París. Esas
imágenes panorámicas, que revelan cierta posición
de superioridad, son asimiladas por los entusiasma-
dos espectadores de la época como un reejo de la
realidad neutral del aparato fotográco.
Fig.3. Nadar, autorretrato (?).
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herramientas y metodologías basadas en el control.
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En 1882, los globos no tripulados destinados en
exclusiva a capturar imágenes aéreas son un hecho.
Al poco tiempo, tanto Francia como Alemania in-
tegran este nuevo recurso propulsando las cámaras
verticalmente con cohetes de pólvora. La primera
imagen tomada con éxito desde un cohete, con
fecha de 1897, es fruto de las investigaciones desa-
rrolladas por Alfred Nobel. Tres décadas más tarde,
durante la Primera Guerra Mundial, la innovación
destacable que se introduce en este sistema —gra-
cias al menor tamaño y la evolución técnica de los
aparatos— permite que las cámaras fotográcas se
acoplen en plataformas situadas en la parte inferior
de los aviones de combate (Manovich, 2005, pp.
119-168).¬
Fig. 4. Arco del Triunfo, París. Nadar, 1898.
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1.2.2. Inicios de la “democratización” de la fotografía y
aparición de nuevas metodologías sobre el control
En 1858, el fotógrafo francés André Adolphe Eu-
gène Disdéri crea un peculiar invento: la tarjeta de
visita personal, en la que se reproduce a un precio
asequible la copia de doce retratos de tamaño redu-
cido (McCauley, 1985). Así, lo que había comenza-
do siendo un objeto de uso privado se convierte en
el inicio de la identicación pública y en el símbolo
de la vigilancia que regula nuestra existencia en el
Estado moderno.
Junto con este avance, es importante destacar la
democratización del uso de la cámara, instaurada
décadas más tarde por George Eastman. Su empre-
sa, fundada en 1880, desarrolla el sistema Kodak,
donde se sustituye la placa de cristal por el papel.
En 1888, introduce en el mercado otra importante
innovación: la primera cámara Kodak 100 Vista,
que contribuye, entre otras cosas, a la populariza-
ción de la postal ilustrada en plena Belle Époque
(Schor, 1992). La fotografía se transforma, y pasa
de mero divertimento para artistas y cientícos a
objeto de consumo de la nueva sociedad del siglo
XX. El éxito del proyecto de Eastman se debe a sus
técnicas modernas de marketing y de gestión, con
las que desarrolla una solvente estructura comercial,
apoyada en puntos de venta y laboratorios que se
darán a conocer con el eslogan “You press the buon,
we do the rest” (1888, citado por Ford, 1988).
Investigadores, cientícos y creadores renuevan,
gracias a todos estos avances técnicos, el estudio
pormenorizado de las “características sociales”. Par-
ten de la recopilación y análisis de multitud de datos
correspondientes a grupos humanos con el objetivo
de observar fenómenos generalizados que hasta el
momento no se habían podido plantear desde el
estudio de casos individuales. Esa es la esencia, por
ejemplo, de la frenología, una corriente desarrollada
a principios del siglo XIX por el vienés Franz Joseph
Gall (1758-1828) que se basa en la idea de que todo
ser humano posee facultades innatas alojadas en el
cerebro, las cuales pueden ser analizadas a través de
la forma del cráneo, que funcionaría como huella de
su contenido. Durante los veinte años en los que el
anatomista deende sus tesis, obtiene la ayuda de
altos funcionarios del Estado, que le abren las puer-
tas al estudio físico de presidiarios. Aunque Gall
es consciente de las repercusiones que tendrá su
nueva disciplina en futuras investigaciones médicas,
morales, educativas y legislativas, sus reexiones e
investigaciones carecen de rigor cientíco (Renne-
ville y Lantéri-Laura, 2000).
En la misma época, el matemático y astrónomo
belga Adolphe Quetelet (1796-1874) advierte la
necesidad de generar una metodología que permita
el estudio de los fenómenos sociales de manera ri-
gurosa y cientíca. Su aportación sustancial consiste
en el desarrollo de un procedimiento para afrontar
la investigación, con el que sentará las bases de la
exploración generalizada de los datos de colecti-
vos humanos y creará, así, los fundamentos de la
sociología.
En 1823, Quetelet se instala en París y se enfrasca
en la búsqueda de leyes sobre el comportamiento
de la humanidad a partir de sus conocimientos ma-
temáticos y astrológicos. En su obra Física social o
Ensayo sobre el hombre y el desarrollo de sus facultades
(1835), una de las aportaciones de mayor inuencia
en las ciencias sociales del siglo XIX, establece que
cada grupo social tiene un ideal que lo distingue y
lo identica —el “hombre medio— en virtud de
una serie de características y aptitudes (Hankins,
2010): antropométricas (talla, peso, complexión,
etc.), demográcas (longevidad, morbilidad, tasas
de fallecimiento, etc.) y de comportamiento en
colectividad (delitos, suicidios, duración de matri-
monios, etc.). El estudio se lleva a cabo partiendo
del conocimiento de lo que él denomina “ley de los
errores” —derivada de observaciones cuidadosas
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de las estadísticas—, que se populariza como la
distribución normal”.
Esta novedosa metodología, además de no pasar
desapercibida, es objeto de crítica y debate, entre
otras razones porque no contempla las condiciones
en las que se origina cada una de las características
observadas, y el análisis propuesto peca de excesiva-
mente determinista. Sin embargo, tal como describe
Armand Maelart en sus ensayos (2009, p. 169),
este viraje da inicio a lo que constituye un nuevo
arte de gobernar: un nuevo tipo de Estado basado
en la apropiación del concepto “normalizado, que
hará mella, en primer lugar, en las reformas pedagó-
gicas y hospitalarias más importantes del siglo XIX.
1.2.3. Diseño de la sistematización del control
tecnológico: catalogación y exclusión del diferente
La síntesis de todas las ideas y técnicas concebidas
por autores como Nadar o Girardin y Quetelet se
concretan en la aplicación práctica desarrollada por
el francés Alphonse Bertillon, artíce de la policía
cientíca (Newton, 2008). Hijo y hermano de
reputados médicos y estadistas, presenta en 1882 un
servicio de identicación que tiene como objetivo
estudiar analíticamente las diferencias entre las ra-
zas civilizadas y las “salvajes” (Petit-Kearney, 2002).
El nuevo sistema consiste en el registro de distintas
imágenes que se utilizan como referencias de estu-
dio en la identicación de criminales. A través de
la catalogación de la medición de varias partes del
cuerpo, se obtienen datos sobre cualquier aspecto
identicativo personal de los procesados (tatuajes,
cicatrices y otras características personales). De este
modo, Bertillon instaura un hito tecnológico total-
mente innovador en la época: el archivo de los datos
individuales en una cha asociada a un retrato del
frente y del perl derecho de cada sujeto. El método
facilita la investigación y la comparación de cada
historial; pautas que ya habían sido introducidas en
las teorías publicadas por el padre de Bertillon, así
como en las expuestas por Paul Broca (1824-1880),
pionero en el estudio de la antropología física y de la
neuropsicología o neurología del comportamiento,
en su método clínico (Hergenhahn, 2019, p. 258).
El bertillonaje (o bertillonage) causa furor en la
época porque aporta nuevas técnicas y metodolo-
gías al cambio gubernamental represivo producido
tras el fracaso de la Comuna de París en 1871. Al
éxito de las contundentes maniobras, se suma que
muchos de los communards son identicados por
la policía gracias a las fotografías tomadas en los
disturbios: en ellas aparecen posando orgullosos
al lado de sus barricadas. Por otra parte, desde el
inicio de los combates, tal como recoge Jünger en
varios de sus escritos, se institucionaliza por decreto
de la Guardia Nacional la obligación de fotograar
a todos los caídos para identicar los caveres
(Jünger y Sánchez Durá, 2002, pp. 15-18). Después
del aplastamiento de la revuelta, la administración
penitenciaria decreta fotograar a todos los deteni-
dos, lo que acaba potenciando la tarea de Bertillon
de codicación de los datos de miles de sujetos en
chas individuales, mediante un costoso y lento
proceso técnico de liación que representa, entre
otros detalles, once peculiaridades físicas de cada
individuo. El propio Bertillon se da cuenta de los
puntos débiles del procedimiento durante su mismo
desarrollo, y así lo documenta en su obra Identi-
cation anthropométrique: instructions signalétiques
(1889), creada con el n de ser utilizada como ma-
nual policial de referencia. Sin embargo, el proceso
está abocado al fracaso, ya que el estudio revela
como condición importante para su éxito que las
imágenes sean tomadas por los mismos técnicos, en
las mismas condiciones y en los mismos espacios,
parámetros imposibles de mantener en la práctica.
En el transcurso del III Congreso Penitenciario
Internacional, celebrado en Roma en 1885, Ber-
tillon sigue defendiendo su metodología, aunque
arma con rotundidad ante los asistentes que “la
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fotografía es de poca ayuda y no es más que un me-
dio de control” (Maelart y Multigner, 2003, pp.
24-25). A pesar de estas armaciones, la reunión
se convierte en un gran reconocimiento ocial de
las nuevas tendencias en investigación policial. Su
evolución culmina en la creación de la antropome-
tría criminal o ciencia del estudio del delincuente.
La antropología criminal, en denitiva, apoya la
tesis de que el malhechor es un individuo anor-
mal y peligroso (fundamentalmente, un enfermo
mental). Estos principios no pueden entenderse en
la actualidad sin contextualizarlos con los estudios
que se publican en la época sobre dos cuestiones:
— Los anarquistas. Sujetos que son presentados
como antisociales y radicales.
— La noción de “raza. Asociada al grado de
peligrosidad o inteligencia de cualquier
individuo extranjero o diferente “.
En su obra más destacada, La Photographie Judi-
ciaire (1890), Bertillon propone un método de
identicación basado en el estudio de los pliegues
de la oreja, marca que recomienda archivar en los
registros civiles tras cualquier nacimiento (Vélez
Salazar, 2006). Aunque anteriormente investiga
sobre el posible uso de las huellas dactilares, es
Francis Galton quien organiza y presenta el siste-
ma vigente en la actualidad.
Figs. 5 y 6. Páginas de Identication anthropométrique (1893), de A. Bertillon. A la derecha
se muestran las formas de los cráneos de criminales.
Ver imágenes completas en las siguientes páginas.
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herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
Todos estos experimentos ayudan a desarrollar lo
que Foucault denomina “tecnologías del sujeto,
entendidas estas como la aplicación cientíca de
los dispositivos técnicos para un eciente y sistemá-
tico control social. En esta instrumentalización, la
fotografía ocupa un lugar básico y permite concebir
a cada individuo como un conjunto de datos analí-
ticos bien acotados, aunque en la época dejara res-
puestas importantes sin atender, relacionadas con la
gestión y el acceso a todos los datos recopilados.
1.2.4. Percepción remota: investigación, diseño y
evolución de nuevas técnicas y herramientas
La obtención de información a través de fotografías
aéreas forma parte de una disciplina más amplia
conocida como “teledetección” o “percepción re-
mota, la cual permite alcanzar el reconocimiento, la
interpretación y la obtención de datos a distancia.
Esta nueva técnica de muestreo se aanza a medida
que la tecnología fotográca avanza y el sistema de
captación de imágenes aéreas mejora. Iniciada con
carácter experimental a nales del siglo XIX, evolu-
ciona a principios del XX con la introducción de cu-
riosos sistemas que sirven de soporte y propulsión
de las cámaras. Se incorporan en estas tareas desde
curiosos artefactos elevados con hileras de cometas
hasta cohetes, pasando por aparatos ligados con
correas a palomas mensajeras.
Un claro ejemplo de la destacada evolución tec-
nológica al servicio de la percepción a distancia
es el desarrollado por George R. Lawrence tras el
terremoto de San Francisco (California) en 1906.
El fotógrafo, que documenta el desastre en un plano
cenital sobre la bahía, utiliza para lograrlo una inno-
vadora cámara de su invención que incorpora placas
curvadas diseñadas para tomar imágenes panorámi-
cas. Pasadas horas de dicultoso montaje debido a
una gran tormenta, la cometa propulsora se man-
tiene estancada a unos 100 pies de altitud. Durante
la tarde del día siguiente, con la ayuda de diecisiete
cometas interconectadas, eleva la gran cámara hasta
unos 600 metros. Mediante un cable, consigue reali-
zar el disparo automáticamente. En ese momento, la
luz del sol se sitúa directamente frente a la lente de
la cámara, lo que frustra en un primer momento a
todo el equipo, pero se ve recompensado más tarde,
al comprobar el excelente resultado del negativo. Su
serie de nueve impactantes imágenes del desastre,
registradas desde un novedoso punto de vista único,
es publicada en todo el mundo con notable éxito a
un precio de 125 dólares por cada copia. Este hecho
supuso importantes ingresos económicos, premios
y prestigio a nivel mundial, y un gran impulso para
continuar investigando sobre nuevas técnicas rela-
cionadas con la fotografía aérea.
Fig.7. Cámara aérea elevada por cometa (1906), de George R. Lawrence
101
Inmaterial 09
Paloma González Díaz
En 1903, el Cuerpo de Mensajería con Palomas del
Ejército Bávaro comienza a utilizar sus aves para
efectuar reconocimientos aéreos por medio de la
pequeña cámara de exposición automática que in-
venta y patenta el farmacéutico Julius Neubronner.
Colombólo empedernido, se sirve de su ación
para comunicarse rápidamente con los pueblos más
cercanos. Aquella costumbre deriva en un valor
añadido profesional: hace uso de su método para
recibir recetas desde el hospital del pueblo vecino.
Como a esta ación se suma la de la fotografía,
investiga cómo incorporar a las aves cámaras ligeras
que muestren imágenes cenitales de sus vuelos. Tras
una intensa dedicación desarrollando y patentando
cámaras de pequeño tamaño, presenta su ingenio,
de tan solo 75 gramos de peso, en la Exposición
Fotográca Internacional de Dresde y en otras
muestras internacionales en 1909. Dado su éxito,
consigue mejorar y reducir sus dispositivos hasta
obtener uno de 4 centímetros de longitud, que le
permite continuar con sus indagaciones. Buena par-
te de su proyecto se nancia con la comercialización
de postales en las que se imprimen las imágenes
aéreas capturadas en algunos de los avistamientos.
Figs 8 y 9. Paloma equipada con cámara de Julius Neubronner y fotografía cenital.
Ver imágenes completas en las siguientes páginas.
102
Inmaterial 09
La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
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Inmaterial 09
Paloma González Díaz
2. El ojo tecnológico: expansión y poder
Neubronner no comienza a investigar sobre la
adaptación de sus inventos para ser utilizados en la
vigilancia aérea con nes militares hasta 1910. Un
año antes, un fotógrafo desconocido toma la prime-
ra fotografía aérea durante el transcurso de uno de
los vuelos de entrenamiento realizados por ociales
de la armada italiana (Sobrino, 2000, p. 20). Los
aviones habían desplazado a otros procedimientos
para elevar y transportar la cámara por su precisión
y eciencia.
El control efectuado mediante la fotografía aérea
está estrechamente relacionado con las tecnolo-
gías desarrolladas con nes militares durante la
Primera Guerra Mundial. El objetivo de su uso es
dar a conocer de una manera el el estado real del
frente y la situación en las zonas enemigas. Tanto el
ejército alemán como el francés son pioneros a la
hora de integrar dichas tecnologías en sus aviones,
y el británico crea la primera unidad fotográca
militar. Además, se idean dispositivos especiales
que comienzan a incorporar detectores térmicos
infrarrojos, aunque la estabilidad y la velocidad de
obturación de las cámaras resultan demasiado ende-
bles a causa del traqueteo de las aeronaves.
El ojo articial inaugura un nuevo modo de percibir
la contienda, en el que tecnología y psicología
brindan la oportunidad de contemplar imágenes
alejadas del observador en representaciones caren-
tes de detalles. Su integración en el combate, tal
como arma Jünger, se distancia respecto a la visión
natural (Jünger y Sánchez Durá, 2002, pp. 90-97).
Sin embargo, hemos de valorar la utilidad que
otorga el convertir esas instantáneas en documentos
estadísticos, ya que permite estudiar de una manera
analítica y veraz el territorio.
Los experimentos fotográcos con emulsiones
infrarrojas se inician en el siglo XIX para evitar el
exceso de exposición registrado en los cielos, pero
no se extiende su uso con nes exclusivamente
militares hasta la década de los treinta. Su aplica-
ción permite mostrar los objetos por el calor que
desprenden. Los colorantes sensibilizadores que se
emplean registran longitudes de onda superiores a
las que puede captar el ojo humano; método que
se convierte en una herramienta fundamental de
análisis a lo largo de la Segunda Guerra Mundial.
Durante la contienda, los británicos equipan sus
aviones bombarderos con equipos fotográcos que,
gracias al desarrollo de nuevas lentes y películas,
informan objetivamente a los mandos sobre si se
acierta en el blanco en las áreas atacadas. También
se mejora la estabilidad de los aviones, siendo el
ejército alemán el que más recursos dedica a esta
iniciativa. A esas imágenes se les otorga el crédito
que habían tenido hasta entonces los informes
orales (Sougez et al., 2006, p. 716). De ese modo,
los pilotos se convierten en los primeros trabajado-
res observados por una cámara que mide y controla
su ecacia. Esta circunstancia inaugura la metodo-
logía implantada en todos nuestros ámbitos de la
vida cotidiana actual: el desarrollo de un sistema
de observación que suple permanentemente el ojo
humano por el ojo tecnológico.
El ash es otro de los artilugios que modican el
tiempo y la calidad del trabajo de observación. En
el siglo XIX se usan los polvos de carbón, sulfuro y
clorato potásico, que prenden justo en el momento
en que el objetivo impresiona la placa. A mediados
de siglo, este sistema se transforma al empezar a
utilizarse los polvos de magnesio, que producen
menos humo, aunque resultan igual de peligrosos
en su manipulación. En 1925, Paul Vierköer paten-
ta un sistema de lámparas-relámpago, y más tarde,
en 1929, Johannes Ostermeier inventa la primera
bombilla de magnesio, comercializada por la rma
alemana Osram (Sougez et al., 2006, p. 701). Ese
104
Inmaterial 09
La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
mismo año, Harold E. Edgerton presenta un ash
electrónico portátil de xenón, que permite sincro-
nizar la apertura del obturador de la cámara con su
destello lumínico, que ofrece numerosas posibilida-
des de innovación estética y de precisión (Edgerton
y Killian, 1954).
En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, el ejér-
cito de los Estados Unidos solicita al Instituto de
Tecnología de Massachuses (MIT, por sus siglas
en inglés) que Edgerton diseñe un ash especíco
para la fotografía nocturna de reconocimiento aé-
reo. Dirige el proyecto George Goddard, jefe ocial
del Laboratorio Fotográco de la instalación militar
estadounidense Wright Field y autor de la primera
fotografía aérea nocturna realizada por el Cuerpo
Aéreo del Ejército de los Estados Unidos en 1917.
Los componentes del dispositivo son más grandes y
complejos que los presentados en versiones previas.
La cámara aérea es similar a una cámara de 35 milí-
metros, pero el tubo del ash es de unas dimensio-
nes impactantes: casi 70 centímetros. Esa pecu-
liaridad obliga a diseñarlo utilizando el cristal de
cuarzo enrollado, lo que lo convierte en un material
muy resistente. El complejo aparato se coloca en un
reector bajo la cola del avión y los condensadores,
de un peso de hasta 227 kilos cada uno, se cuelgan
en bastidores en el carguero.
La prueba de fuego respecto a su ecacia tiene lugar
el 5 de junio de 1944, sobre las zonas que iban a ser
objetivos durante el Día D. Las fotografías obteni-
das demuestran que la zona de aterrizaje designada
por los aliados en Normandía no está especialmente
vigilada por el enemigo.
Durante la década de los años treinta, se desarrolla
una tecnología ideada única y exclusivamente para
vigilar y registrar datos: el radar. El nuevo aparato se
emplea en detrimento de la fotografía por su mayor
abilidad. Al eliminar el tiempo entre la toma, la
entrega y el positivado, el radar ofrece una mayor
efectividad a la hora de tomar decisiones estraté-
gicas. Este importante cambio inaugura la fase de
pantalla en tiempo real que describe Manovich,
y que tendrá su continuidad con la aparición del
vídeo y del ordenador. Percibir cualquier cambio
de posición de los referentes en el espacio abre las
puertas al poder para implantar nuevas estrategias
y paradigmas de control: ahora es posible observar,
vigilar y atacar sin ser visto. El modelo panóptico
de Bentham se adapta a las incipientes tecnologías,
y se materializa electrónicamente por primera vez
para el control a distancia a través de un monitor. El
desarrollo de la tecnología, abstracta e inalcanzable,
juega un papel fundamental a causa del descono-
cimiento acerca de su existencia durante las etapas
más iniciales en su uso.
El funcionamiento del radar se basa en una idea
expuesta por Nikola Tesla en 1917, en una entrevis-
ta publicada en e Electrical Experimenter (Cooper,
2018, p. 156) y donde plantea la posibilidad de de-
tectar buques en momentos en los que la visibilidad
sea nula o poco denida mediante la recepción del
eco de las ondas de radio emitidas por los mismos
navíos. En 1931, dos técnicos británicos, W. A. S.
Butement y P. E. Pollard, diseñan un sistema ex-
perimental de radio fundamentado en el principio
del eco, pero sus superiores, dudando de la efecti-
vidad del invento, dejan caducar la patente. Ante el
evidente rearme militar alemán, el Ministerio del
Aire impulsa el desarrollo de un proyecto similar
centrado en la defensa de las fuerzas aéreas, al que
bautizan como Comité Tizard (Watson, 2014, pp.
412-414).
Arnold F. Wilkins, componente del equipo que
explora la posibilidad de crear el “rayo de la muerte
en el Laboratorio Nacional de Física de Middlesex,
encuentra la clave al problema de manera casual.
Fusiona ideas y descubrimientos anteriores con la
teoría de que un rayo electromagnético, al rebo-
tar en la supercie de una aeronave y regresar a la
fuente en modo de eco, sea capaz de detectar la
presencia del vehículo. En 1935, cerca de la estación
de radiodifusión de la BBC en Daventry (Nor-
thamptonshire), su teoría se ensaya con gran éxito.
El Comité Tizard, situado en una caravana, consi-
gue localizar un bombardero a unos 3000 metros de
altitud y a casi 13 kilómetros de distancia, aunque
no logra determinar su posición exacta.
Tras conseguir acortar la longitud de onda y
obtener resultados óptimos, Gran Bretaña crea
una cadena de radares en la costa que posibilitan,
al estallar la Segunda Guerra Mundial, detectar
los aviones del enemigo a más de 160 kilómetros
de distancia. El sistema de alerta sobre los ataques
aéreos proporciona importantes mejoras en la
navegación, además de precisar la puntería de los
cañones. Así, el radar cambia el destino del país bri-
tánico durante la contienda, y también los paradig-
mas sobre seguridad aeronaval. La contemplación
tecnicada se expande y se impone a la visión natu-
ral. El secretismo acerca de los detalles de la nueva
máquina de visión abre paso a un férreo ejercicio
del poder contra el enemigo y contra cualquier tipo
de disidencia dentro de las fronteras.
La idea de suplir la percepción humana por la
imagen fotográca es perfeccionada paulatinamente
por la industria militar, que procura evitar cualquier
peligro existente. Sin embargo, esas imágenes resul-
tantes parecen inútiles si no van acompañadas por
textos que las revelen y que las tornen imaginables.
El procedimiento de traducción no se lleva a cabo
de manera automática ni en solitario: los operarios
que permanecen en las estaciones de control repro-
ducen elmente los datos sobre grandes mapas con
representaciones móviles de los objetivos, adoptan-
do así el papel de traductores y portadores de una
realidad invisible para el resto de la población. Los
nuevos instrumentos dan pie a la revisión y actua-
lización de los procesos de gestión de la mirada
tecnológica, ya que, de un modo paradójico, mien-
tras que el volumen de datos aumenta, el tiempo de
ejecución de cualquier decisión se reduce a medida
que se va perfeccionando la herramienta.
Fig. 9. Estación de radar en la costa este del Reino Unido, Real Fuerza Aérea (circa 1940-1945).
106
Inmaterial 09
La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
2.1. Diseño para la contienda y reinvención en la vida
cotidiana
Ante la necesidad de calcular con gran celeridad
los problemas de balística del ejército de Estados
Unidos, entre 1943 y 1945 se desarrolla el Proyec-
to PX. John P. Eckert y John W. Mauchly son los
encargados de diseñar la Integradora Numeral y
Calculadora Electrónica (ENIAC, por sus siglas en
inglés). A pesar de los enormes esfuerzos para avan-
zar en ella, no se presenta hasta 1946. Además, tiene
fallos evidentes de mantenimiento, ya que funciona
interconectando cables, utiliza más de diecisiete mil
tubos de vacío y carece de un sistema de almacena-
miento de la información. Las expectativas puestas
en sus objetivos iniciales no son satisfechas, pero
entre 1947 y 1952 ofrece a los investigadores resul-
tados de interés sobre cálculos armamentísticos,
predicción del tiempo, diseño de túneles de viento
o energía atómica (Haigh et al., 2016, pp. 231-258).
En 1948, la Máquina Experimental de Pequeña
Escala de Mánchester (SSEM, por sus siglas en
inglés), computadora de Frederic C. Williams, Tom
Kilburn y Geo Tootill en cuya creación participa
también Alan Turing, es la primera que ejecuta un
programa almacenado previamente en su memoria.
El potencial de ambos proyectos queda obsoleto
ante las ambiciosas propuestas comerciales en serie
que idea IBM entre los años cincuenta y sesenta:
por un lado, el IBM 750, conocido como la “calcu-
ladora de Defensa” al haber sido desarrollada para
ayudar al Departamento de Defensa en la guerra de
Corea; por el otro, el IBM 701, computador con el
que Arthur L. Samuel demuestra las posibilidades
de la inteligencia articial en 1952.
Tal como apunta Lev Manovich (2017, pp. 3-7),
tanto los aparatos mediáticos como los informáti-
cos eran necesarios para el funcionamiento de las
sociedades de masas en los siglos XIX y XX, pues
servían para garantizar la uniformidad en los mensa-
jes transmitidos a la población, además de ofrecer la
posibilidad de registrar y actualizar informaciones
tan básicas como el registro de los nacimientos,
los datos de empleo o los historiales médicos y
policiales. Aunque unos objetivos tan especícos
y asociados al control de la información dejan
poco espacio a la creatividad, algunos cientícos e
ingenieros intentan pensar desde sus laboratorios
en nuevas aplicaciones de la incipiente industria
informática. El matemático Ben F. Laposky, consi-
derado el primer artista computacional, es uno de
los pioneros en encaminar sus estudios a investigar
sobre la relación entre arte y ciencia manipulando
un osciloscopio analógico. En 1950, con una pelí-
cula de alta velocidad, consigue plasmar la primera
imagen. Tres años después, exhibe cincuenta de
sus capturas en una exposición itinerante por diez
ciudades estadounidenses. Sus piezas logran atraer
a un público interesado por la experimentación y las
nuevas tecnologías (Taylor, 2014, pp. 64-66).
El Sketchpad (1961), de Ivan Sutherland y desa-
rrollado en el MIT, constituye el primer sistema
de grácos interactivos generados por ordenador.
La programación e impresión de dibujos en un
microlm que lleva a cabo Michael Noll en los La-
boratorios Bell de Murray Hill, así como la muestra
Computergrak” (1965), del matemático Georg
Nees, que plasma físicamente sus peculiares diseños
mecánicos mediante el uso del plóter, son dos de los
ejemplos de la gran inuencia de las teorías de Max
Bense sobre los nuevos usos tecnológicos, y de la in-
vestigación de una nueva estética de la información
(Bense y Fiz, 1972) en una etapa en la que se des-
conocen conceptos como “interacción” o “interfaz
gráca. Las nuevas utilidades y las posibilidades de
evolución y empleo en la sociedad civil de aquellas
máquinas creadas para calcular ofrecen paulatina-
mente mayor capacidad y mayores posibilidades de
uso, mientras que su tamaño y precio disminuyen.
En 1981, el IBM PC (Personal Computer) estan-
dariza el mercado del soware. Apple ya ha presen-
tado el modelo Lisa, en el que se incorporan, entre
107
Inmaterial 09
Paloma González Díaz
otras innovaciones, el ratón y la interfaz gráca de
usuario
1
o WYSIWYG, la cual ayuda al usuario
a entender procesos complejos de asimilar para
todo individuo ajeno a la programación. El primer
Macintosh, lanzado en 1984, cambia el incipiente
mercado de la incipiente autoedición, del diseño.
La creación tecnicada consigue apropiarse de las
nuevas herramientas y lenguajes informáticos, y
expandir nuevos paradigmas de trabajo.
Desde nales de los años sesenta, ARPANET
posibilita la comunicación entre los ordenadores
de los centros de investigación de Defensa estadou-
nidenses. El sistema integra el protocolo TCP/IP
en 1981, y en 1990 Tim Berners-Lee crea la World
Wide Web (WWW), que permite el libre acceso
y el intercambio de información por parte de la
ciudadanía. Douglas Davis es uno de los primeros
creadores en interesarse por el potencial de comuni-
cación e intercambio de la red con su propuesta e
World’s First Collaborative Sentence (2020), concebi-
da en 1994 para la exposición “InterActions”, cele-
brada en el Lehman College Art. En ella se invita a
los usuarios a participar colectivamente y a con-
sultar en directo su evolución, mucho antes de que
se diseñaran herramientas destinadas a trabajar en
equipo. Juega, además, con el concepto de autoría.
Otro dispositivo desarrollado con nes militares
que trastoca la visión de nuestro entorno es el
equipo portátil de vídeo, ideado y comercializado
por Sony a nales de los años sesenta. Aunque el
objetivo al que se apuntaba con él era su utilización
en viajes espaciales, su aparición en el mercado se
recibe con entusiasmo por parte de los grupos más
concienciados políticamente y en los ambientes
creativos cercanos a la creación audiovisual más
abiertos, donde destaca Nam June Paik. El aparato
logra convertirse en la respuesta al centralismo, al
inmovilismo y al control televisivo imperante en la
1
Idea desarrollada en Xerox anteriormente.
época del Mayo del 68, aspecto que recalca Bonet
(Bonet, Mercader y Muntadas, 2010, p. 111) en En
torno al vídeo.
Antoni Muntadas (2010, pp. 241-291) señala en
ese mismo texto que la aparición de los equipos
portátiles se asocia con el surgimiento espontáneo
de un movimiento independiente interesado en el
uso de los nuevos medios: los grupos minoritarios
con ganas de ofrecer informaciones alternativas, y
la comunidad artística más crítica contra el poder;
situación similar a la que se produce en los años
ochenta y noventa con la proliferación de los orde-
nadores personales conectados a la red. Aquellos
aires de libertad tecnológica comienzan a dar un
cambio radical en 1991: los conictos armados se
diseñan y mediatizan para presentar al espectador
una narración aparentemente objetiva, pero de la
que solo se muestran retazos mediatizados y selec-
cionados para ser consumidos de manera instan-
tánea y pasar al olvido más absoluto bajo nuevos
contenidos actualizados.
La evolución eufemística del lenguaje aplicado a
los conictos bélicos pone de maniesto cómo la
retórica progresa de modo paralelo al sentimiento
que se desea transmitir a la ciudadanía. Ejemplo
de este nuevo paradigma es el que se da a conocer
durante uno de los hitos que preside la década de
los noventa: la guerra del Golfo (1990-1991), que
estalla como respuesta a la invasión y anexión del
emirato de Kuwait por parte de Irak. El despliegue
militar es bautizado por el establishment estadouni-
dense como la Operación Tormenta del Desierto.
La guerra se desencadena por los intereses petrole-
ros del norte y por la gran cantidad de problemas de
repercusión internacional que asolaban la región,
aunque la propaganda informativa apunta a la lucha
por los derechos de los residentes de la zona.
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Inmaterial 09
La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
Los medios de comunicación miden con precisión
la ecacia de herramientas de origen militar: saté-
lites, radares, radios, cámaras digitales o teléfonos
móviles. A causa de esta tecnicación mediática,
términos castrenses como “bombas inteligentes” o
daños colaterales” se introducen rápidamente en
nuestro lenguaje cotidiano. Sosticados sistemas
de cámaras y sensores sirven de guía para dirigir-
los hasta sus objetivos: la visión tecnicada suple
por completo a la humana. El registro de aquellas
operaciones se convierte en el origen de algunas de
las imágenes de mayor difusión y espectacularidad
obtenidas durante los bombardeos. Su estética im-
precisa, de baja resolución, no tarda en ser asimilada
por los espectadores como nuevo paradigma de
la información de actualidad, sin apenas poner en
entredicho la posible manipulación de los conteni-
dos. El aspecto pixelado (low-res) de las retransmi-
siones televisivas y los errores en las conexiones vía
satélite ofrecen un mayor impacto del discurso. El
error dota a las miradas tecnicadas de altos niveles
de realismo y empatía: nuestras miradas se han ido
acostumbrando a ellas, y, tal como arma Eloi Puig
(2016), “hemos llegado a ser capaces de completar
todo aquello que las imágenes pobres omiten y
olvidan mientras se desplazan.
Tras la crisis de valores que provoca este breve pero
intenso conicto, numerosos integrantes del mundo
cultural y artístico reexionan sobre el impacto cau-
sado. Intelectuales de reconocido prestigio, entre
quienes destaca Noam Chomsky, profundizan en
el estudio sobre el papel de los medios de comuni-
cación y su relación con el poder en ensayos como
Los guardianes de la libertad (Chomsky y Herman).
Baudrillard publica, además de otros escritos sobre
el tema, el explícito texto La guerra del Golfo no
ha tenido lugar (1991), que le sirve de válvula de
escape frente a la confusión y el desasosiego que le
produce la primera contienda televisada de la his-
toria. Analiza la postura pasiva de la intelectualidad
ante un fenómeno totalmente novedoso, en el que
se combinan la acción bélica occidental, los actos de
propaganda tecnicados y la forma de conducir las
hostilidades.
Diseñadores y artistas son los primeros en empezar
a inundar la red con sus piezas críticas. La mirada
tecnológica computerizada comienza a generar
nuevos modos de expresión en ordenadores de
edición aptos para pocos bolsillos. La narratividad
a través de los hipervínculos y el apropiacionismo
se convierten en paradigmas del diseño y de la co-
municación de la época. A ello se suma la irrupción
de herramientas de diseño tan novedosas como
Photoshop, que propician la fusión y manipulación
de imágenes de diversa procedencia, así como su
propagación en diferentes formatos. La populariza-
ción del formato GIF, en el que animaciones o bre-
ves acciones se repiten en un bucle innito, permite
a creadores y diseñadores introducir dinamismo
en sus mensajes en la primera etapa de acceso a
internet. Los mensajes y discursos creativos confor-
marán poco tiempo después la esencia del Net.art o
arte.en.red: piezas creadas por y para la red.
El creador centroeuropeo Harun Farocki (2013, pp.
150-151) es una de las voces críticas más represen-
tativas contra la visión estetizada del momento: las
panorámicas nocturnas pixeladas y en tono verdoso
que, bajo su espectacularidad, ocultan la durísima
incidencia de cada incursión. La lectura crítica de
Farocki y la reexión sobre las consecuencias de ese
fenómeno lo incitan a aprovechar parte del material
televisivo generado en los meses de conicto. Con
todo ello produce su conocida trilogía Eye/Machine
(2001-2003), una proyección bicanal de conteni-
dos contrapuestos en la que muestra al espectador
cómo las nuevas técnicas en robótica y videovigi-
lancia han ido evolucionando e implantándose pau-
latinamente en cualquier aspecto de nuestra vida
cotidiana: desde los instrumentos de guerra hasta
los especícos de trabajo y control. Las tres piezas
109
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Paloma González Díaz
revelan que muchas de ellas son puestas en práctica
en detrimento de la mirada humana durante prime-
ra guerra del Golfo.
De esta manera, la contemplación tecnicada se
expande y se impone a la visión natural del ojo. Los
programas de reconocimiento y procesamiento
de imágenes suplantan denitivamente el papel de
testigo veraz de los hechos producidos. Muchas de
las que se graban con objetivos propagandísticos
inauguran una nueva tendencia que caracteriza el
mercado audiovisual contemporáneo: las imágenes
grabadas con drones.
Fig. 11. Eye/Machine I (2001), de Harun Farocki
Las tácticas heredadas pero superadas de la Se-
gunda Guerra Mundial, así como la unicación de
criterios defensivos sobre mando, control, comu-
nicaciones, red informática, inteligencia e informa-
ción o C4/I2 (Command, Control, Communica-
tions, Computers, Intelligence and Information),
implican la digitalización de los sistemas de visión
del campo de la batalla, de los de gestión y toma de
decisiones, y la dependencia de los sistemas de po-
sicionamiento por satélite (GPS). Esas interdepen-
dencias se propagan fuera del ámbito de la defensa
hacia la industria civil, potenciando el desarrollo
y abaratamiento de algunas de las tecnologías que
más impacto han tenido en el inicio del siglo XXI,
por ejemplo, las cámaras digitales, la inteligencia
articial, la robótica o la realidad virtual.
110
Inmaterial 09
La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
3. Conclusiones
La expansión de la mirada tecnológica durante los
siglos XIX y XX parte de las ideas, tácticas y herra-
mientas desarrolladas por Jeremy Bentham en su
panóptico, un proyecto que aúna ecientes con-
ceptos utilitaristas en un intento de organización
gubernamental de prisiones, aunque es también
aplicable a otros centros de internamiento como
pueden ser los hospitales u hospicios. La propues-
ta no se lleva a cabo tal como la detalla su autor,
pero origina una serie de cambios que transforman
los espacios, la gestión y las rutinas de todos los
internos. El diseño de herramientas y metodologías
basadas en el control se fusiona con esos nuevos
paradigmas, que se sustentan, entre otras ideas, en la
de ver sin ser vistos. Como señala Foucault (2008),
la disposición panóptica ofrece al poder las pautas
para aplicar un nuevo régimen disciplinario a toda
la sociedad. Esa maquinaria establecida por el poder
necesita de nuevas herramientas y tecnologías para
llevar a cabo sus objetivos: la primera gran oportu-
nidad de conexión surge a mediados del siglo XIX,
con el inicio de la fotografía aérea.
Las tomas cenitales de Nadar, Triboulet o Nobel
transforman el modo de entender el espacio, de
concebir la relación del individuo con este. El siste-
ma evoluciona hasta convertirse en una herramienta
trascendental para el análisis objetivo del territorio
durante la Primera Guerra Mundial. La velocidad
de acceso a los dispositivos de visión tecnológica
conforma un posicionamiento de superioridad
respecto al resto de los intervinientes en la contien-
da. La revolución que supone la “visión sin mirada
(Virilio, 1989, p. 92) aumenta la capacidad de
respuesta y el posicionamiento de dominación de
los Estados que han invertido más en tecnologías
relacionadas con el reconocimiento del espacio.
La incorporación de inventos como el ash o el
radar ana la potencialidad de las herramientas que
suplen el ojo humano, y añade nuevas metodologías
de gestión de los procesos de análisis y reconoci-
miento de la información que proporcionan las
máquinas. Las salas de control tecnicadas, en las
que se gestionan todas esas situaciones de crisis,
se han multiplicado y diversicado en sus funcio-
nalidades (Pérez de Lama, 2008) y, a su vez, han
exigido la paulatina especialización de los operarios
que trabajan en ellas. Muchas de las tareas de con-
trol que llevaban a cabo han sido suplidas por otras
máquinas como detectores o escáneres.
El diseño de herramientas que cambian la mirada
humana por la mirada tecnológica a lo largo del
siglo XX inaugura una nueva manera de percibir
nuestro entorno. Al esfuerzo transdisciplinar de
cientícos, tecnólogos, diseñadores, artistas o
lósofos, se une, en ocasiones, el de simples acio-
nados interesados en las innovaciones técnicas y
metodológicas relacionadas con otros modos de
observar la realidad.
Tras la guerra del Golfo, se impone la estética de
la espectacularidad de las imágenes propagandís-
ticas, emitidas a través de las pantallas durante el
conicto. Mercados como el del videojuego, el de
la realidad virtual o el de la inteligencia articial
aprovechan la puesta a prueba y la popularización
de algunas técnicas y estrategias en tareas militares
durante la contienda para implantarlas e investigar
sus posibilidades de aplicación en la vida civil. Al
progresivo aumento de la capacidad de gestión de
datos —producida gracias a la evolución de los
sistemas informáticos, a la interconexión entre
sistemas y a la incipiente convergencia de medios
que se vislumbra a lo largo de la década—, se une la
estandarización de las herramientas y de las tareas
necesarias para llevar a cabo cualquier proyecto
audiovisual. El diseño y la creación se convierten en
ámbitos fundamentales en la lucha contra la estan-
darización absoluta del mercado audiovisual digital.
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La mirada tecnológica en los siglos XIX y XX: fundamentos del diseño de
herramientas y metodologías basadas en el control.
Artículo original
Paloma González Díaz
pgonzalezd@uoc.edu
UOC / BAU
Ha desarrollado toda su carrera profesional en el ámbito
del diseño audiovisual. Trabaja como docente especia-
lizada en Nuevas Tecnologías y Media Art en la UOC
(Universitat Oberta de Catalunya) y en BAU (Centro
Universitario de Diseño de Barcelona). Pertenece al
grupo de investigación GREDITS.