Estímulos y experiencias
cromáticas
en el espacio interior
Fausto Enrique Aguirre Escárcega
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
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en el espacio interior
Abstract
In its prime days, interior design studied color as a purely
decorative element and distinctive to the different stylistic
trends; its main focus was to embellish space and highlight
the aesthetics of decorative objects. Presently, interior de-
sign studies color from a functionality perspective in order
to uncover the spatial effects it can cause on the ambiance.
Color has the ability to highlight the three-dimensional
features of space, even to change its perception, adding
visual proportions alien to its physical area. Te main ob-
jective of current study of color in interior design is to
identify the sensation this element might generate in the
user and how a good chromatic selection enhances the life
of people occupying the space.
Furthermore, it is necessary to point out that color as part
of context has the ability to transform the environment
and therefore, people’s behavior, thus generating emotions,
values and positive attitudes in its users. Likewise, it is
convenient to add that color can be considered a language
and part of a culture. Color itself can be personal as it is
universal. It can modify an individual’s perception as well
as that of a whole community.
Keywords: color, perception, environmental psychology, chromatic
effects, interior space.
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Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
Resumen
En un principio, el diseño de interiores es-
tudió el color como un elemento de carácter
puramente decorativo y distintivo de las
diferentes corrientes estilísticas; su principal
función era embellecer el espacio y resaltar
la estética de los objetos decorativos. Hoy
en día el diseño de interiores estudia el co-
lor desde una perspectiva de funcionalidad
con el fin de conocer los efectos espaciales
que puede generar en el ambiente. El color
tiene la capacidad de resaltar las caracterís-
ticas tridimensionales del espacio y hasta
cambiar la percepción de éste, añadiéndole
proporciones visuales ajenas a su área física.
El estudio del color en el diseño de interio-
res actual tiene como fin principal la iden-
tificación de sensaciones que éste elemento
puede generar en el usuario y cómo el buen
empleo de la selección cromática favorece la
vida de las personas al ocupar ese espacio.
Por otra parte, es necesario señalar que el
color como parte del contexto tiene la cuali-
dad de transformar el ambiente y en conse-
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
69
en el espacio interior
cuencia el comportamiento de las personas,
generando sentimientos, valores y actitudes
positivas entre los usuarios. De igual mane-
ra, es conveniente añadir que el color puede
ser considerado un lenguaje y parte de una
cultura; el color mismo puede ser tan perso-
nal como universal, éste puede modificar la
percepción de un solo individuo, pero tam-
bién el de toda una comunidad.
Palabras clave: color, percepción, psicología
ambiental, efectos cromáticos, espacio interior.
70
Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
El espacio que habitamos es sin duda parte de nuestra vida cotidiana
y los elementos que lo integran —tanto los elaborados por el hombre
como los de carácter natural y que son parte del contexto— influyen
en nuestro comportamiento. La disposición del mobiliario, la paleta
cromática, la proyección de luces y sombras, entre otros elementos cons-
tructivos y decorativos, repercuten en la forma en que cada beneficiario
percibe el lugar y cómo se desarrolla en él.
La forma en que el hombre comprende su entorno es consecuencia de
las experiencias y vivencias que éste ha tenido a lo largo de su vida, en
cómo él visualiza al espacio y cómo se integra al mismo. “Las percep-
ciones visuales se funden e integran en el continuum háptico del yo;
mi cuerpo me recuerda quién soy y en qué posición estoy en el mundo”
(Pallasmaa, 2014a, p. 12). En este sentido, la percepción puede ser vista
como un proceso en el cual, por medio de nuestros sentidos, captamos
diferentes estímulos ambientales de los que obtenemos información del
contexto en el que nos desarrollamos.
“La percepción no es una ciencia del mundo, ni siquiera un acto, una
toma de posición deliberada, es el trasfondo sobre el que se destacan
todos los actos y que todos los actos presuponen. El mundo no es un
objeto cuya ley de constitución yo tendría en mi poder; es el medio na-
tural y el campo de todos mis pensamientos y de todas mis percepciones
explícitas” (Merleau-Ponty, 1993, p. 10).
Es sabido que aunque los estímulos sensoriales dentro de un espacio
sean los mismos, cada persona puede darle una definición propia —in-
terpretación subjetiva y temporal1—, la cual dependerá del tipo de seña-
1 Se dice que la percepción
tiene como característica ser
les que reciba el espectador, si son de carácter interno o externo. “Según
subjetiva ya que frente a un
Franz Brentano, los fenómenos físicos captan nuestra ‘percepción
estímulo de carácter visual se
presentan diversas interpreta-
exterior’, mientras que los fenómenos mentales conciernen a nuestra
ciones y se considera temporal
‘percepción interior’. Los fenómenos mentales tienen una existencia real
al ser un efecto que impacta en
un corto plazo. Esta tempo-
e intencional” (Holl, 2011, p. 11). Las sensaciones de carácter externo
ralidad va ligada a la manera
en que las personas llevan su
provienen de todas aquellas imágenes que se le presentan al usuario, a
proceso de interpretación, el
diferencia de las internas que son provenientes del propio habitante —
cual va madurando con sus
aspectos psicológicos y vivenciales—.
experiencias.
“La percepción es entendida como la imagen de objetos o fenómenos
que se crea en la conciencia del individuo con la participación de los
órganos de los sentidos y el cerebro” (Ávila y Prado, 2006, p. 38), y es un
proceso que desarrolla el ordenamiento y la asociación -por medio de la
interpretación personal- de distintas sensaciones, que tienen como prin-
cipales características la objetivación, la integración, la estructuración y
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en el espacio interior
la constancia. La objetivación se define como la relación de la informa-
ción del mundo exterior con el interior, mientras que la integración y la
estructuración hacen referencia a que no percibimos de manera aislada
las distintas cualidades de un objeto, es decir vemos al objeto como un
todo por medio de una estructura lógica y coherente.
Imagen 1. “Proceso de percepción”. Por: Harald Küppers, 1982.
Según Ávila y Prado, la percepción debe ser considerada como un
sistema de acciones ordenadas por etapas e integradas de la siguiente
manera:
• Descubrimiento o detección. Implica la afirmación
de la existencia del estímulo. Es obvio que la atención
se desempeña en este nivel de manera relevante. En
esta etapa del proceso perceptivo se podría responder a
la pregunta: ¿existe el estímulo?
• Diferenciación o discriminación. En donde inicia la
percepción propiamente. Aquí se lleva a cabo la formación
de la imagen visual, integrando sus características
de forma, tamaño, color, textura, etcétera.
La pregunta para esta etapa podría ser: ¿cómo es lo que
vemos?
72
Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
• Identificación. En la que se igualan los estímulos
percibidos con la huella mnemónica. La huella
mnemónica es como un ‘molde’, en el que han quedado
impresas en la corteza cerebral las características de
determinado objeto-concepto. Al encontrar la imagen
su correspondiente molde, que coincide con sus
características, se puede responder a la pregunta: ¿qué es?
• Reconocimiento. Presupone obligatoriamente la
identificación, pero no se limita a ella, sino que incluye
la categorización y clasificación del estímulo.
La persona puede responder, entonces, a las siguientes
preguntas: ¿para qué sirve?, ¿cómo funciona?, ¿a qué
categoría pertenece?, etcétera” (Ávila y Prado, 2006, p. 40).
Dentro de la arquitectura, el diseño y el arte existen elementos de carác-
ter intangible, como es el caso de la luz y el color, que influencian o ayu-
dan al espectador en su proceso de percepción. El color es un elemento
fundamental en cualquier composición, es el contacto visual mayor que
tiene el ser humano con el entorno: antes de analizar formas, se ven los
colores aunque estos estén dentro de la forma y no se logre pensar sin
ella. El contacto directo con el color lleva a un registro emocional y la
forma se verá desde una perspectiva funcional. Por ejemplo, el artista
James Turrell “crea” lugares (o formas) por medio de la luz. “Lo que
construye Turrell se podría denominar, como hace él, viewing chambers,
habitaciones videntes o habitaciones de videncia: cámaras en las que la
experiencia de ver se convierte en sí misma en la operación específica y
relevante” (Didi-Huberman, 2014, p. 71). Turrell juega a crear en espa-
cios planos espacios volumétricos, de igual forma juega a unir el espacio
interior con el exterior por medio de la luz; de esta forma la luz llega a
ser lugar o forma.
Si hablamos en particular de la percepción en el espacio interior, debe-
mos destacar que la función del configurador de espacios deber ser la de
prever las posibles reacciones del usuario e incluso debería hacerse las
preguntas mencionadas anteriormente: ¿para qué sirve?, ¿cómo funcio-
na?, ¿a qué categoría pertenece? Resulta pues necesario que en el espa-
cio interior se consideren los componentes de la percepción -tanto los
exteriores como los interiores- que repercutirán en el habitante. Como
se mencionó antes, los aspectos perceptivos externos están relacionados
directamente con todos esos elementos visuales que son proporcionados
al hombre que en el caso del espacio interior —o arquitectura interior—
serían los elementos constructivos, objetos ornamentales, colores, textu-
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en el espacio interior
ras e iluminación; además de aquellos de carácter personal. “El desafío
de la arquitectura consiste en estimular tanto la percepción interior como
exterior, en realzar la experiencia fenoménica mientras, simultáneamente,
se expresa el significado, y desarrollar esta dualidad en respuesta a las
particularidades del lugar y de la circunstancia” (Holl, 2011, p.12).
Color
Recomendaciones de aplicación.
Rojo
El rojo puro en grandes extensiones no se utiliza, sólo en pequeños
acentos. Es más factible utilizar rojos poco saturados.
Rosa
Debe manejarse con cuidado. Generalmente se considera femenino. Es
habitual que se lo elija para la recámara de un niña o jovencita, pero
ha llegado a convertirse en una costumbre. Se puede utilizar el azul-
verde para ambos sexos, y con acentos definir el género. También el tipo
de rosa tiene que ver, no es lo mismo un rosa mexicano que un palo de
rosa.
Naranja
Dado que es más suave que el rojo, es más fácil vivir con él. Pero si es
brillante, sólo debe usarse como acento. Los naranjas pasteles son
alegres, vívidos y sociables.
Amarillo
Por su alta visibilidad, el amarillo se utiliza mucho para seguridad
especialmente en ambientes industriales. El amarillo pastel es adecuado
para realizar la iluminación y mejorar los aspectos pequeños y armonizar
con muchos colores, creando un ambiente alegre y amistoso. Los acentos
pueden tender hacia los colores cálidos o hacia los fríos.
Verde
El verde y el azul-verde proporcionan un ambiente adecuado para la
meditación y la concentración.
Azul
El azul claro tiende a ser frío y desolado si se aplica a áreas grandes
como corredores. Los tonos medios a oscuros de azul son para áreas
pequeñas.
Violeta
Sólo se utiliza para acentos. Psicológicamente puede producir un efecto
desconcertante.
Blanco
Refleja mucho y no produce un buen efecto psicológico si se usa en
grandes extensiones, conduciendo a la monotonía.
Tabla 1. “Efecto del color en los espacios interiores”. Por: Lilia R. Prado León y Rosalío Ávila Chaurand, 2006.
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Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
Al retomar la posición de Holl, se debe señalar que la percepción de los
individuos también se verá influenciada por el contexto en que el que éste
se desarrolle, tanto el tiempo como el espacio y en las eventualidades que
se presenten. Estos factores serán determinantes en cómo una persona
percibe un espacio: “la percepción del ambiente proporciona las bases para
conocer el mundo que habitamos y este conocimiento es indispensable
para adaptarnos a él” (Holahan, 2014, p. 51). Por mencionar un ejemplo,
no se perciben de la misma forma un espacio interior con poca ilumina-
ción y uno muy iluminado, incluso no se perciben de la misma forma un
espacio habitacional dentro de la ciudad y otro en los suburbios.
“La percepción, o esa acción ‘concertada’ de los
sentidos, sucede en el contexto indisoluble del tiempo
y el espacio. El tiempo significa que cada movimiento
del cuerpo une presente, pasado y futuro. No pareciéramos
estar nunca en completa posesión de la totalidad del
momento que vivimos” (Aldrete, 2007, p. 111).
Como diría Pallasmaa (2016) “el espacio existencial vivido se estructura
sobre la base de los significados y los valores que se reflejan en él (…);
el espacio existencial es una experiencia única interpretada a través de la
memoria y los contenidos empíricos del individuo” (p. 61). Por lo tanto
podemos decir que, en cierta parte, la percepción es una representación
de lo que el espectador ha vivido: es decir, el espectador reconoce en un
evento actual algo de su pasado y genera una imagen. Al partir de la
posición de Pallasmaa y hablando en particular del color, podemos decir
que el lenguaje cromático es infinito y a su vez específico; el color puede
estar condicionado por el gusto cromático del usuario, por la cultura,
por el contexto, por el estilo arquitectónico y también por el uso que se
dé al espacio. Así como la paleta cromática a seleccionar dependerá de la
región, el género2 del lugar o la actividad primaria que se realice dentro
2 Al hablar de género en el
Diseño de Interiores, nos
de éste va influir para seleccionar los tonos por aplicar. “Todo cuanto
referimos al uso que se le da al
rodea al hombre es color: de la sinfonía subyugante de la naturaleza a la
espacio, es decir: si es un lugar
de uso doméstico, recreativo,
metáfora contenida en los decires de su lengua” (Ferrer, 2007, p. 13).
corporativo, religioso, médico,
industrial o educativo.
El color como parte de un lenguaje tiene la capacidad de transmitir un
mensaje y, así, modificar el comportamiento de las personas e influir en
la forma en que se desenvuelve en el espacio.
“Ningún color carece de significado. El efecto de cada
color está determinado por su contexto, es decir, por la
conexión de significados en la cual percibimos el color.
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
75
en el espacio interior
El color de una vestimenta se valora de manera diferente
que el de una habitación, un alimento o un objeto
artístico. El contexto es el criterio para determinar si
un color resulta agradable y correcto o falso y carente
de gusto. Un color puede aparecer en todos los
contextos posibles —en el arte, el vestido, los artículos
de consumo, la decoración de una estancia— y
despierta sentimientos positivos y negativos”
(Heller, 2004, p. 18).
El lenguaje del color puede ser interpretado de distintas maneras pues
no existe un concepto exclusivo para cada tono: el color rosa no siempre
significa feminidad, ni el azul masculinidad, ni el color blanco represen-
ta siempre a lo espiritual; ni el color negro a la maldad, por mencionar
algunos antónimos cromáticos. El color es una constante que se hace
presente en la vida humana y en cada una de las etapas que se ha de
vivir; aunque el color pueda ser ‘aprendido’ de una manera inconscien-
te o consciente, por cuestiones culturales o por influencia de alguna
tendencia, éste siempre será parte de nuestro día a día y al momento
de desarrollar cada una de nuestras actividades. Podríamos decir que el
color nos envuelve y nos hace parte de él.
“Debido a que la percepción del ambiente está tan
estrechamente relacionada con el comportamiento
adaptativo del individuo, el estilo de percibir el ambiente
se adaptará, con el tiempo, a las características y
requerimientos particulares del lugar en donde el
individuo se desenvuelve habitualmente”
(Holahan, 2014, p. 53).
El contexto siempre será un factor determinante en la selección de la
paleta de colores al igual que las características cromáticas de los mate-
riales utilizados en el espacio. El uso del color determina en gran medi-
da la personalidad del usuario y la relación que tiene con el entorno y la
influencia cultural. La percepción visual, en conjunto con los estímulos
visuales, crea un sistema de comunicación, “en el sentido de que brinda
información del medio ambiente que nos rodea y permite, por tanto,
alguna respuesta apropiada en relación con tal mensaje” (Ávila, y Prado,
2006, p. 30). Este sistema se compone de tres actividades principales: la
atención, la sensación y la percepción; cada una de ellas se hace presente
e influye en la actividad humana.
76
Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
La atención ayuda en el proceso de selección y a su vez sirve para orien-
tar la atención de la persona hacia un objeto; de igual forma la atención
desarrolla un proceso de selección y descarta aquella información que no
considera importante, es decir, dentro de sus funciones está el seleccionar
y retener. Por su parte, la sensación nos permite conocer las característi-
cas de los objetos —color, textura, tamaño, forma, etc.— y constituye el
proceso de la acción de quien recibe los estímulos ambientales, codifi-
cando las cualidades y los atributos de determinado espacio u objeto. La
sensación no solamente se manifiesta en el ambiente, también se presen-
ta en el estado interno de nuestro cuerpo. “Los órganos de los estímulos
desempeñan las funciones de recepción de la información que el cerebro
selecciona, acumula y transforma. Esta información no se traduce sola-
mente en imágenes, sino en actividad” (Ávila y Prado, 2006, p. 33).
Por último, el proceso perceptivo está compuesto por la percepción,
a que se le considera el producto final dentro de éste. A partir de los
estímulos del medio ambiente, la percepción elabora un mensaje a
través del funcionalismo fisiológico-psicológico y es influenciada por
características de carácter personal —cultura, edad, contexto geográfi-
co, por nombrar algunos ejemplos— y experiencias del receptor; por lo
tanto, es común que cada persona tenga distintas experiencias frente a
determinado incentivo ambiental, como podría ser el color. Además, es
necesario mencionar que aunque el color puede tener diferentes lecturas
también puede asignársele un significado universal o un acorde cromá-
tico3; por ejemplo, en cualquier país los colores de los semáforos son los
3 “Un acorde cromático se
compone de aquellos colores
mismos y el significado de cada uno de ellos también: el verde se inter-
más frecuentemente asociados
preta como avance, el amarillo como preventivo y el rojo significa alto o
a un efecto particular” (Heller,
2004, p. 18).
pare; este ejemplo representa algo reglamentario, pero si abordamos el
color desde un lenguaje más emocional o psicológico, las personas, en su
mayoría, podrían relacionar al color verde con la naturaleza así como el
color marrón con lo descompuesto4.
4 Esto ha sido comprobado por
la socióloga y psicóloga Eva
Heller, quien como parte de su
investigación titulada Psicolo-
“No le falta al color, en la exigencia de toda forma
gía del color. Cómo actúan los
de lenguaje, su propia gramática, tan sensible como
colores sobre los sentimientos
y la razón (2000), realizó una
comprensible en el mundo de su totalidad. De una
encuesta en Alemania a 2000
manera equivalente a los sonidos y fonemas de una
personas entre los 14 y los 97
años de edad.
gramática, la del color se traduce en tonos y brillos que
funcionan, también, como acentos” (Ferrer, 2007, p. 103).
Otro aspecto a considerar como factor influyente en nuestra percepción
o gusto cromático es el aprendizaje de carácter social influenciado por el
ambiente, tal como dicen Prado y Ávila (2006): los humanos no empeza-
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
77
en el espacio interior
mos nuestras vidas como una página en blanco. “El contenido del incons-
ciente colectivo son arquetipos, o los patrones originales; son imágenes
fundamentales formadas en nuestro desarrollo como especie” (p. 94).
El espacio no solamente está integrado por aquellos elementos que
conforman el interior arquitectónico, ni se compone exclusivamente por
objetos de carácter constructivo o por simples enseres estéticos: el espa-
cio en sí es el resultado de la interpretación y el uso que le da cada ser
humano. Esta interpretación estará en relación directa con las vivencias
del usuario; es el cúmulo de anécdotas, sentimientos y recuerdos, se pue-
de decir que la construcción del espacio es una mezcla entre el día a día
de una persona y aquello que ha vivido dentro y fuera de su ambiente.
“Nuestra percepción, y consecuentemente nuestra
acción, es resultado de misteriosas conexiones entre
los recuerdos, en un constante ir y venir del presente
al pasado, que con frecuencia están proyectadas
al futuro. Es decir, al percibir y actuar no podemos
escapar de la memoria. Nuestra existencia siempre
incorpora el pasado, sea aceptándolo o negándolo. Lo
que hemos vivido es, y será, permanentemente nuestro.
Lo que pienso y decido está siempre en el contexto de
lo que he pensado y decidido en el pasado”
(Aldrete, 2007, p.106).
Esas mismas experiencias de las que habla Aldrete influirán en la forma
en que percibamos los colores, el significado que le demos a cada uno de
ellos; los cuales se construyen a partir del contexto en el que habitamos,
nuestras necesidades, estados de ánimo y emociones. A cada color le da-
mos significado e interpretación por medio de nuestra percepción, aso-
ciación, contexto histórico y del efecto que genere en nosotros; partien-
do del conjunto de vivencias y de aquello que ha retenido y seleccionado
nuestra mente. Tornquist (2008) toma en cuenta los factores menciona-
das anteriormente para desarrollar un esquema de los estímulos cromá-
ticos (Tablas 2a, b y c), argumentando que “el sentido de la sensibilidad
radica en comunicarnos las cualidades del exterior (…) y nos permite
elegir rápidamente el comportamiento más adecuado a la situación: los
sentidos nos permiten interpretar las situaciones” (p. 203).
78
Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
Tabla 2a “Estímulos cromáticos”. Por: Jorrit Tornquist, 2008, p.219
Tabla 2b “Estímulos cromáticos”. Por: Jorrit Tornquist, 2008, . 219
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
79
en el espacio interior
Tabla 2c “Estímulos cromáticos”. Por: Jorrit Tornquist, 2008, p. 219
Cuando se habla sobre estudios del color en relación con los estímulos
que provoca en el hombre siempre se hará referencia al sistema visual
5 “Los ojos se abren a la luz de
y cómo éste procesa la información cromática. Esto se debe a que la
la vida, son el órgano que me-
gran mayoría de los estímulos sensoriales que recibe el hombre son de
jor comprende el mundo y que
-según Goethe- interroga a la
carácter visual5.
naturaleza circundante al mis-
mo tiempo que es interrogado
por ella. A partir del fenómeno
En el estudio de Tornquist (2008), titulado Color y luz. Teoría y Práctica,
orgánico que protagoniza la
se realiza una reflexión sobre las experiencias visuales y la evolución del
visión de los colores, se facilita
ojo. Menciona que en un principio la primera percepción seguramente
o modela lo que pudiera ser,
una percepción sensual, alegorías
fue la de la luz, esto en base a las metáforas del ser, ya que a menudo
claves más tarde, hasta conver-
las parábolas de carácter religioso (y la eternidad) están inspiradas en la
tirse de dentro hacia fuera y
de fuera hacia adentro, en una
luz. Después de esta primera percepción, el investigador apunta a que
forma distintiva del lenguaje,
la apreciación se ha enfocado en la imagen y la vista; se convirtió en
cuyos valores comunicati-
vos, al colorear las palabras,
un sentido para sondear el mundo, así el horizonte de la experiencia se
identifican actitudes, traducen
amplió y el ser humano pudo describir ciertas características espaciales
inclinaciones y relacionan a
unos seres con otros. La visión
como interno-externo, cercano y lejano, para después llegar a la percep-
aproxima a los colores, los con-
ción del color. “La acumulación de estas experiencias en el curso de un
mueve: descubre sus pasiones
período muy largo ha tenido como resultado el código cromático actual” y las abandera” (Ferrer, 2007,
p. 15).
80
Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
(Tornsquist, 2008, p. 204). Como consecuencia, una de las funciones
del color es la de construir una señal, la cual obviamente es apreciada
por nuestro sistema visual y así nuestro subconsciente está alerta a los
estímulos cromáticos.
Por otra parte, es necesario mencionar que
“aunque el color se percibe con los ojos, los cinco
sentidos reaccionan ante éste. De esta manera, este
elemento se convierte en un medio de expresión del
arquitecto que manifiesta el espíritu que quiere
transmitir. Como elemento básico de la composición
arquitectónica, la relación entre los colores del proyecto
los convierte en un alfabeto: el edificio transmite
mensajes” (Álvarez y Bahamón, 2010, p. 9).
De esta forma, podemos ver como el estudio del color siempre tendrá
6
En tiempos remotos, algu-
nos colores eran utilizados
como objetivo principal la relación que éste puede tener con el hombre
únicamente por ciertas clases
y, como consecuencia, los efectos que pueda provocar sin importar si
sociales, como es el caso del
son cambios físicos, emocionales o de percepción. Aunque a menudo se
azul y aún más el azul celeste,
hable sobre el efecto perceptivo que ejerce el color sobre los individuos
utilizado solamente por la
realeza. Este color no era
—ya que seguramente nuestro sistema visual sea el primero que reaccio-
solamente utilizado en los
ne al color—, ninguno de nuestros otros sentidos queda exento de ser
ropajes, también era aplicado
en los textiles empleados para
atraídos de forma positiva o negativa a un tono y, como consecuencia,
revestir los espacios interiores,
este elemento genera alguna alteración en nuestro sentir y en la forma
cumpliendo meramente la fun-
ción de elemento decorativo,
en que nos desenvolvemos en un espacio.
para resaltar la belleza de los
castillos y palacios. “La belleza
no es una cualidad estética
“Los edificios no son construcciones abstractas carentes
independiente; la experiencia
de la belleza surge de captar las
de significado o composiciones estéticas; son extensiones
cualidades e interdependencias
y refugios de nuestros cuerpos, de nuestros recuerdos,
incuestionables de la vida”
(Pallasmaa, 2014b, p.8).
de nuestras identidades y de nuestras mentes. En
consecuencia, la arquitectura surge a partir de
7
“Nuestra experiencia de la
arquitectura nunca se limita
confrontaciones, experiencias, recuerdos y aspiraciones
al objeto arquitectónico en
existenciales verdaderas” (Pallasmaa, 2014b, p. 131).
sí mismo, sino que siempre
forma parte de algo más
Si hablamos del color en los espacios interiores, habrá quien de in-
amplio, aquello que llamamos
su contexto. El ’contexto’, sea
mediato lo asocie a un recurso exclusivamente estilístico6 y de fácil
natural o construido, es parte
elección, ignorando lo complejo que resulta su selección. Es necesario
intrínseca del objeto mismo.
Lo que se vuelve evidente para
señalar que cada espacio presenta características tridimensionales distin-
nosotros nunca se encuen-
tra aislado, sino que forma
tas y otras propias del contexto7 en el que esté localizado; pero es aún
parte de un amplio campo de
más importante recordar que cualquier espacio es utilizado por personas
percepción” (Aldrete, 2007, p.
105).
con experiencias, costumbres culturales, necesidades y gustos específi-
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
81
en el espacio interior
cos. De allí la complejidad en el momento de seleccionar o sugerir una
paleta cromática.
El color como parte del diseño es seleccionado según el mensaje que se
desee transmitir y el efecto que se quiera generar en el espectador.
“En sus aproximaciones al lenguaje común, el color,
careciendo de formalidad y rigurosidad, goza de las
libertades de la imaginación, de sustancias alegóricas y
creativas. Es un lenguaje que está más cerca de
la dinámica sociológica, del barómetro psicológico, y
8 “El color dominante es aquel
que tiene preponderancia
que no pocas veces traduce las oscilaciones del
dentro del espacio, con usual
comportamiento fisiológico” (Ferrer, 2007, p. 103).
tendencia a ser de tonalidad
neutra en interiores, mien-
tras que el color tónico es el
Tal efecto será influenciado por el contexto, por la relación entre color y
destinado a crear contraste con
el dominante, de modo que los
forma e incluso por la relación entre las combinaciones cromáticas que
detalles que sean conside-
generemos (contrastes, monocromías, composiciones análogas, familias
rados como focos de interés
dentro de la composición sean
de colores: fríos, neutros y cálidos) y el porcentaje que usemos de cada
realzados. El color tónico,
uno de ellos (color dominante, el color tónico y el color de mediación8).
también llamado color fónico,
es normalmente el comple-
El significado que puede ir adquiriendo cada color también dependerá
mentario del color dominante
de su valor cromático, de la intensidad o saturación y del tono9. No es
y suele tener una posición
cercana al color mediación
el mismo efecto el que provoca un rojo claro a un rojo brillante, ni es la
dentro del círculo cromático.
misma impresión la que causa un color mezclado con blanco que uno
Por último, el color mediación
mezclado con negro, incluso no es el mismo efecto que genera un tono
es el encargado de armonizar
la habitación, al crear un enlace
al ser empleado de manera monocromática al impacto que genera un
visual entre el color dominante
contraste de color.
y el tónico” (Aguirre, 2013, pp.
87-88).
“Como en la gramática de cada idioma, la del color es pródiga en con-
9 “Todo color cromático puede
describirse de tres modos. El
notaciones y significaciones diversas. El lenguaje escrito se dirige pre-
tono es el atributo que permite
ferentemente a la inteligencia, y el color, al sentimiento, dando ambos
clasificar los colores como
rojo, amarillo, azul, etcétera.
un sentido total al mensaje. Es posible que a esto se deba que la gente
El valor se refiere al grado
prefiera ’ver el mundo en colores’” (Ferrer, 2007, p. 113).
de claridad o de oscuridad
de un color. La intensidad o
saturación indica la pureza de
El color es capaz de crear diferentes ambientes sobre una obra arquitec-
un color. Los colores de fuerte
intensidad, o colores saturados,
tónica, ya que visualmente reforzará sus características constructivas y
son lo más brillantes y vivos
provocará por medio del juego de luz-color que los espacios estén en un
que se pueden obtener. Los
colores insaturados tienen
constante cambio visual, como es el caso de la propuesta del arquitecto
una intensidad débil, son
Luis Barragán, quien en su afán por embellecer el entorno, así como
apagados y contienen una alta
crear emociones por medio de su arquitectura y los elementos que la
proporción de gris” (Wong,
2008, p. 33).
integran, usaba el color como medio de expresión para resaltar las ca-
racterísticas del espacio y asimismo definirlo. Es común que al estar en
una obra del arquitecto nos encontremos con algún muro “protagonista”
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Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
cubierto por un color que resalte su volumen
y le otorgue preponderancia, fortaleciéndolo
cromáticamente y, por tanto, generar atracción
hacia él.
Imagen 2. “Obra del Arquitecto Luis Barragán. Casa Gilardi”. Por: Fausto Aguirre, 2016.
Cuando el color entra en contacto con el
espacio interior o exterior, sirve como efecto de
distinción y personalidad, y también como un
recurso para diferenciar corrientes estilísticas;
incluso, el color como parte del diseño de inte-
riores y del diseño arquitectónico ayuda a que
los espacios no se conviertan en lugares obsole-
tos. El color es un elemento que puede volver
atemporal a un lugar sin necesidad de realizar
cambios en la estructura del mismo, incluso
puede ‘revivir’ y rescatar lugares.
En Ciudad Juárez, Chihuahua, México, a
finales del año 2014 el Director General de
Rescate de Espacios Públicos de la Secretaría
de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
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en el espacio interior
(SEDATU), junto con otros funcionarios de
la localidad, desarrollaron un proyecto con la
iniciativa de rescatar y remozar 600 viviendas
de la unidad habitacional Fovissste Chamizal
—esta unidad está compuesta por 100 módulos
de viviendas y cada uno de ellos cuenta con 3
niveles, construidos en el año 1989—. Una de
las mejoras realizadas a algunos de los módulos
residenciales fue la de revestir las fachadas y ac-
cesos de éstos por medio de colores de aspecto
brillante y cálido, con el fin de un mejoramiento
físico de los edificios y del entorno, ya que pre-
sentaban una imagen de deterioro que afectaba
de manera negativa la vida social (dentro de las
familias y con sus vecinos) y patrimonial de los
residentes, poniéndolos en condiciones de in-
seguridad y desintegración familiar. “El espacio
no es una suerte de espectador de actividades: es
un factor influyentísimo y puede tener un papel
determinante en el ánimo de la gente que está
dentro de él” (González, 2014, p. 71).
Imagen 3. “Fovissste Chamizal. Área sin intervenir”. Por: Fausto Aguirre, 2015.
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Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
Imagen 4. “Fovissste Chamizal. Área intervenida”. Por: Fausto Aguirre, 2015.
Una vez realizada la intervención cromática, la
apariencia del lugar generó un espacio más di-
námico, mejoró el estado visual de los edificios
y su contexto, e impactó de forma positiva a las
familias del sector. La paleta cromática que se
empleó en este lugar provocó una composición
armónica en el complejo habitacional, dotó al
espacio de un ambiente festivo y de integra-
ción (elementos característicos de la cultura
mexicana) e influyó en el estado anímico del
espectador, además de rescatar la estética del
sector evitando que la arquitectura tuviera una
10 “La experiencia sensorial la
alcanzamos con la totalidad
imagen obsoleta. Todo esto como resultado del
de nuestro cuerpo, en un
valor estético y funcional que genera el color,
proceso de simultaneidad.
a lo que también le podemos nombrar como
Cada sentido explora el objeto
a su manera, ya que a cada
experiencia cromática física y sensorial10.
uno le corresponde un ámbito
diferente, pero los sentidos se
comunican entre sí: el sonido
El color puede transformar la vida diaria de las
modifica la percepción del
personas y sus experiencias, así como los obje-
color y el color por sí solo, crea
sensaciones insospechadas;
tos. El color puede ser un elemento que integre
además el tacto informa a la
comunidades y auxilie a modificar los hábitos
vista.” (Aldrete, 2007, p. 99).
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
85
en el espacio interior
dentro de las ciudades. “Al experimentar una ciudad entendemos cómo
es la vida en ella. Poderla vivir significa poderse insertar en ella espiri-
tual y psicológicamente, poderse orientar con ella y en relación con ella”
(Tornquist, 2008, p. 298).
Por ejemplo, México, desde épocas prehispánicas se ha destacado por
el uso del color como parte del envolvente, convirtiendo a este ele-
mento en una parte esencial de nuestra vida cotidiana, además de ser
visto como un factor característico de la arquitectura y el interiorismo
mexicano. En ciudades como Chichén Itzá y Mazapán, las construccio-
nes eran cubiertas por colores alegres y vistosos, generando un contraste
cromático en la localidad; el color no era empleado solamente para
recubrir las fachadas, sino que también en murales usados para decorar
el interior y el exterior de sus edificios en los que se ejemplificaban la
vida cotidiana, rituales, aspectos religiosos y manifestaciones de carácter
mágico.
11 “El color en las escuelas
“Los principales períodos de la vida (nacimiento,
no tiene función decorativa,
sino que, antes que nada, debe
juventud, madurez y muerte) están asociados a un color.
regular el comportamiento
El nacimiento, como ingreso a la existencia, se indica
de los alumnos, facilitar la
con el color de la pureza, el blanco. El fin de la juventud
identificación con el ambiente
y favorecer la orientación. La
como una salida, al morir, con el negro; la madurez
elección del color y de la luz
finalmente conseguida se asocia al rojo, el color
se debe hacer con relación a la
edad de los estudiantes: colores
de la fuerza vital, de la sangre. La muerte estaba unida
cálidos y acogedores con luz
simbólicamente al negro, pero también se representaba
cálida para los preescolares;
pero a mayor edad y exigencia
con el blanco cuando en ella se viera la continuidad de
de concentración, más nece-
la vida” (Tornquist, 2008, p. 258).
sarias con luces incoloras y
coloraciones de baja saturación”
(Tornquist, 2008, p. 294).
Es posible agregar a la relación que describe Tornquist sobre las etapas
12 “El esfuerzo visual debería
de la vida y el color, que algunos gustos cromáticos serán el resultado
ser contenido y se debería
del que estemos viviendo. Cuando se es niño, usualmente se prefieren
facilitar una concentración
prolongada. Debe protegerse
aquellos tonos vibrantes como son los colores primarios —rojo, ama-
al trabajador de esfuerzos
rillo, azul—; en la adolescencia, parte de una búsqueda de identidad
extremos, continuos. Por ello,
el ambiente debe ser agradable
o rebeldía, el gusto cromático se vuelve más oscuro, incluso se tiene
pero sin distraer. (…) Los
una predilección acromática, pasando por toda la escala de grises hasta
colores de marca de la empresa
extenderse al negro; y finalmente al llegar a una edad más adulta la
deben estar presentes en pe-
queñas cantidades para facilitar
preferencia de colores se inclina por la familia de los neutros. Este gusto
el sentido de pertenencia a una
cromático se modificará según el contexto en el que sea empleado; por
colectividad. Los colores no
deben distraer, volverse emo-
ejemplo, casi nunca elegimos para vestir los mismos tonos que los que
tivamente invasores, esconder
aplicamos en los lugares que habitamos ni mucho menos en aquellos en
los equipos de seguridad ni
obstaculizar el sentido de la
los que estudiamos (escuelas11) o trabajamos (oficinas12). Otro aspecto
orientación” (Tornquist, 2008,
importante que influirá en nuestra elección cromática serán nuestros
p. 297).
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Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
recuerdos: por ejemplo, recordar la casa en que vivimos de pequeños e
imaginar ese espacio, nos puede generar una asociación afectiva por los
elementos que la integraban —entre ellos el color—.
“La sensación de intimidad que experimentamos en
una casa nos remite a la vida en familia o bien a la
ilusión de que en ella deambulan recuerdos de la
infancia. Los espacios penumbrosos de un lugar de
culto invitan a la introspección, pues facilitan la
comunicación con uno mismo debido a que nos aíslan
de las distracciones que nos rodean”
(Aldrete, 2007, p. 97).
Seguramente si comparamos nuestra casa de adulto con aquella en
la que crecimos, podremos detectar que alguno de los tonos se repite,
quizás ya no en los muros, pero probablemente esté en el mobiliario o
los accesorios. “Nuestras relaciones personales al color expresan nuestro
gusto, indiferencia o desagrado a ciertos matices” (Prado y Ávila, 2006,
p. 95); en base a esto decimos que el ambiente en el que nos desarrolle-
mos o los elementos implícitos en cualquier vivencia personal influirán
de manera significativa en cómo nos desenvolvamos a posteriori, incluso
un color puede generar un estado emocional, porque “conocemos mu-
chos más sentimientos que colores” (Heller, 2004, p. 17).
A manera de conclusión podemos declarar que el color más que un
recurso meramente estilístico es en la actualidad un factor funcional,
reconocido como otro de los elementos del envolvente y el equipa-
miento del espacio. Es tanta la influencia que ejerce sobre el usuario y
la arquitectura, que el color tiene la cualidad de modificar visualmente
el espacio interior y los componentes geométricos del mismo, así como
de crear diferentes escenarios visuales según la apreciación cromática
durante las diferentes horas del día y, de forma más dramática, las esta-
ciones del año.
En el espacio interior, el fin primario del uso correcto del color radica
en satisfacer necesidades de carácter funcional, sin importar si éstas son
propias del usuario o del mismo espacio. El color en nuestro entor-
no —particularmente el del lugar donde habitamos— desempeña una
función primordial, la de generar “una actividad cerebral eficiente y
mantener activa la dialéctica entre razón y emoción, entre sentimiento e
intelecto” (Tornquist, 2008, p. 16).
Inmaterial 02. Estímulos y experiencias cromáticas
87
en el espacio interior
Como menciona Holl (2011), todos los
elementos que están integrados en la arquitec-
tura interior pueden y deben ser estudiados o
analizados de forma independiente, para así
poder conocer la función que tendrá cada uno
de ellos en la propuesta de diseño y adelantarse
al posible impacto que tenga sobre el espacio
y el espectador. Aunque se conozca de manera
individual cada elemento por integrar al diseño,
el principal objetivo de un configurador de es-
pacios es identificar cómo se comportará cada
uno de éstos en el momento de ser integrado
o mezclado con el resto de los componentes,
conocer la armonía que generará o el contraste
que pueda provocar dentro de la composición.
Definitivamente, el significado que le demos
a cada color dependerá en gran medida de las
experiencias vividas y la manera en que las
relacionemos a cada tono, es decir, un color nos
puede llevar a recordar cierto acontecimiento
o evento significativo en nuestra vida. Nuestra
percepción cromática es el resultado de viven-
cias, experiencias, ambientes y costumbres, ade-
más del inconsciente y las tendencias, aspectos
anteriormente señalados.
En efecto, esta diversidad —emocional y
cultural— permite que los colores puedan ser
visualizados desde distintas perspectivas pero,
como antes señalamos, la interpretación del
color también parte de un concepto globaliza-
do —ya sea por una cuestión natural o regla-
mentaria— sustentado en los principios básicos
de la psicología ambiental. Debemos enfatizar
que muchos de los significados que le damos al
color son por asociación vivencial y, la mayoría
de las veces, nuestra preferencia cromática esta-
rá relacionada al ambiente en el que vivimos.
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Inmaterial 02. Fausto Enrique Aguirre Escárcega
Fausto Enrique Aguirre Escárcega
Actualmente es candidato a Doctor en Cien-
cias Filosóficas con especialidad en Filosofía
del Interior Arquitectónico por la Università
degli Studi di Napoli Federico II. Docente e
investigador en UACJ, Universidad Autónoma
de Ciudad Juárez. Integrante de la Asociación
Mexicana de Investigadores del Color A.C.
y de la Asociación de carreras de Diseño de
Interiores en Latinoamérica. Autor del libro El
color en el interiorismo y los niños con síndro-
me de Down (2013), y coordinador del libro El
espacio interior y el usuario. Teoría y diseño del
interiorismo (2016).
E-mail: fausto.aguirre@uacj.mx
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