Editorial
Contra la hegemonía en diseño:
un inventario de tácticas.
Ernesto Ramon Rispoli
Mara Martínez Morant
Después de haber explorado, en el
primer monográfico, las posibili-
dades intrínsecas de la materia y
de los objetos, Inmaterial desplaza
su interés hacia las implicaciones
sociales, culturales y políticas del
trabajo del diseñador poniendo el
foco, en este segundo número, en la
tensión entre lo que se sitúa dentro
y fuera de lo que podrá definirse
hegemonía en diseño.
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un inventario de tácticas
La hipótesis de partida en la que se sustenta este tipo de lectura es la
individuación de dos concepciones hegemónicas del diseño que se han
ido progresivamente consolidando a lo largo de la segunda mitad del
siglo XX: la del embellecimiento de los objetos, y la de la satisfacción
de problemas y necesidades a través de artefactos funcionales según la
lógica del problem-solving.
El término hegemonía se utiliza aquí en el sentido que le daba el filó-
sofo político Antonio Gramsci: son concepciones del diseño moldeadas
para ajustarse a los intereses de la corporatocracia contemporánea y, sin
embargo, han tenido la capacidad de hacerse aceptar como universal-
mente válidas también en ámbitos externos al de la propia corporato-
cracia. Además, el hecho de “servir al mismo patrón” hace que las dos
ideas se encuentren hoy en día en una situación de convivencia pacífica,
después de una historia de tensiones -e incluso de colisiones abiertas-
debidas a la enorme diferencia entre sus premisas originarias.
La visión del diseño como styling -la estilización de los objetos con el
objetivo de aumentar su atractividad en el mercado- es, obviamente,
expresión misma de las lógicas del modo de producción capitalista
desde el principio, y no ha hecho nada más que reforzarse a lo largo
del tiempo en el ámbito de la profesión, ganando vigor ulterior con la
globalización de la producción y del consumo.
En el origen de la visión funcionalista, en cambio, se encuentra una evi-
dente paradoja. El modelo del diseñador como problem-solver se impone
en la época de oro del modernismo con la racionalidad científica de la
Bauhaus, cuya preocupación fundamental era de carácter socio-econó-
mico: encontrar las formas universales de los objetos que permitiesen
abaratar sus costes de producción y garantizar su asequibilidad para la
clase obrera. No obstante, en las décadas sucesivas el funcionalismo se
alejó de tales premisas filantrópicas y acabó “produciendo monstruos”:
diseñadores como técnicos, “científicamente” alejados de los objetos de
su trabajo, cuya tarea es únicamente la de responder de manera efectiva
a unas necesidades definidas únicamente por los clientes. La “tiranía del
encargo”, por razones obvias, significa por lo general la supremacía del
mero interés económico y comercial sobre cualquier otra preocupación
de carácter ambiental, sociocultural y político (McCoy, 2003).
Desde los años cincuenta, las alternativas a estos dos modos hegemónicos
del diseño no han sido muchas: algunos entornos ilustrados -como el de
la escuela de Ulm- o los enfoques críticos florecidos en los años sesenta y
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setenta, cuyo potencial fue reduciéndose drásticamente con el fortalecerse
de la economía de mercado en las últimas décadas del siglo pasado.
En años recientes, sin embargo, la conciencia de los dramáticos desequi-
librios socio-ambientales causados globalmente por el capitalismo neo-
liberal ha favorecido el nacer de otras perspectivas, que podrían definirse
“contra-hegemónicas” porque comparten el cuestionamiento radical de
este disengagement del diseñador.
Desarrollar una visión consciente de las relaciones de producción de
cierta época tiene como consecuencia la necesidad de pensar en cómo
situarse y cómo operar activamente dentro de ellas. Y es, justamente, la
“asunción de responsabilidades civiles y culturales que en este momen-
to son ajenas a las prácticas profesionales consolidadas” (Branzi, 2010)
el rasgo crucial de una transformación que está interesando la esfera
del diseño hoy en día: se advierte cada vez más en los ámbitos de la
disciplina la necesidad de “pensar en las consecuencias de las acciones
de diseño antes de ponerlas en marcha, prestando especial atención a
los sistemas naturales, industriales y culturales que se encuentran en el
contexto donde tienen lugar dichas acciones” (Pelta, 2012). En lugar de
un simple técnico o genio creativo -cuya esfera de acción queda limitada
a la producción de plusvalía estética y económica- el diseñador es visto,
pues, como un agente potencial de transformación material, sociocultu-
ral e, incluso política, del mundo.
Más allá de este principio común y de lo que implica -es decir, el énfasis
en la dimensión intelectual y en el sentido crítico como bases funda-
mentales del trabajo del diseñador -el panorama de la contra-hege-
monía en diseño sigue siendo marcadamente heterogéneo: muchas y
evidentes, por ejemplo, son las diferencias entre diseño activista, diseño
abierto, diseño inclusivo, diseño crítico-especulativo y lo que Manzini
define diseño para la innovación social (Manzini, 2015).
Uno de los elementos de mayor fuerza de dicha contra-hegemonía sea
quizás justamente el hecho de tratarse de un conjunto de tácticas más
que de una verdadera estrategia. Nos referimos aquí a Michel de Cer-
teau, quien definía las estrategias como las formas de acción propias del
poder -basadas en la idea de controlabilidad y en la rígida distinción en-
tre lo que se coloca dentro y fuera de su ámbito- y en cambio las tácticas
como las prácticas de los no-apoderados, que “se insinúan dentro del
espacio del otro de manera fragmentaria, sin conquistarlo enteramente”
(de Certeau, 1984, p. 16), y que saben sacar ventaja de la necesidad de
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reorganizarse y redefinirse constantemente en relación al poder mismo.
En este sentido, las tácticas del diseño contra-hegemónico se esfuerzan
en producir y re-producir constantemente enclaves de resistencia a la
vez material y simbólica, donde se desarrollan prácticas y se alimentan
valores ajenos a la lógica del neoliberalismo: la que Gramsci habría defi-
nido una “guerra de posiciones” contra la hegemonía, con un despliegue
de fuerzas en constante redefinición (Gramsci, 1976).
¿Cómo funcionan estas tácticas? ¿De qué manera es posible enfrentarse
críticamente a los modos hegemónicos del diseño, tanto desde la prác-
tica como desde la teoría? ¿Cuáles son los nuevos instrumentos concep-
tuales y operativos a los que el diseñador puede recurrir para afrontar
a una tarea mucho más compleja que el problem-solving tecnicista o la
simple estetización de los artefactos?
El segundo número de Inmaterial propone una serie contribuciones de
jóvenes investigadores o doctorandos que realizan sus primeros pasos en
el ámbito de la investigación académica, y que comparten la voluntad
evidente de proporcionar alguna respuesta -no absoluta ni definitiva,
sino más bien ‘táctica’- a estas preguntas.
El monográfico se abre con el artículo de Roc Albalat Gimeno, diseña-
dor gráfico y realizador audiovisual independiente, profesor colaborador
en el Máster “Teoría y Práctica del Documental Creativo” de la Uni-
versidad Autónoma de Barcelona. Ya el provocador título -Contenedores
que vomitan recogedores- coloca el artículo en la estela del primer número
de la revista, dedicado a los “nuevos materialismos”, bajo la perspectiva
de que los artefactos, tal y como la materia misma, dejan de ser mat-
ter-of-fact para convertirse en matter-of-concern (Latour, 2004). En este
sentido, Albalat contribuye a desenmascarar la supuesta neutralidad
de un trabajo de diseño visto como simple resolución de problemas
predefinidos y a desvelar las agencias políticas intrínsecas en los arte-
factos. El caso de estudio inicial que utiliza es el de los concursos para
el diseño de los contenedores de reciclaje, en los que se requiere que los
propios contenedores sean diseñados para impedir a los recogedores
“informales” el acceso a su contenido, y asegurar así el máximo beneficio
económico a las empresas del sector de la recogida y reutilización de
los residuos. A partir de este análisis, el autor extiende la misma lectura
a aquellas piezas de mobiliario público en las que el trabajo de diseño
adquiere una evidente dimensión biopolítica, sirviendo los intereses
de la alianza institucional-corporativa y de su estrategia hegemónica;
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asimismo, Albalat menciona algunas propuestas de diseño especulativo
que visibilizan de manera crítica la agencia política de dichos objetos
“hegemónicos”, y también casos interesantes de su reapropiación táctica
e informal por parte de sujetos no-apoderados.
El segundo artículo, Diseño gráfico en la era post-Snowden. Criptografía
tipográfica y otros modos de camuflaje, corre a cargo de Dionisio Sánchez
Rubio, diseñador e investigador en Artes Visuales y Multimedia en
la Universidad de Valencia. También en este caso el foco está puesto
en el control biopolítico sobre los sujetos en las tácticas para forzarlo:
Sánchez individua posibles usos de la comunicación visual -y específica-
mente de la tipografía- que sean capaces de eludir las diferentes for-
mas contemporáneas de vigilancia sobre la información, o al menos de
visibilizarlas. En este sentido, el autor encuentra un interesante punto
de convergencia entre la trayectoria del diseño activista y del “sabotaje
cultural” (Lasn, 2007) y la del diseño crítico-especulativo (Dunne y
Raby, 2013): dos prácticas diferentes, dos modos diferentes de combatir
la misma lucha para el re-empoderamiento de los sujetos.
La tercera contribución, Estímulos y experiencias cromáticas en el espacio
interior de Fausto Aguirre Escárcega, investigador en la Universidad
Autónoma de Ciudad Juárez y doctorando en Filosofía del Interior
Arquitectónico en la Università di Napoli “Federico II”, es muy dife-
rente respecto a las dos anteriores tanto por el tema tratado como por
el enfoque escogido. No obstante, se enmarca en el horizonte general
del monográfico al proponer otra declinación fundamental de la “con-
tra-hegemonía”: la de un diseño fundado culturalmente, soportado por
una actitud de investigación capaz de investir las diferentes escalas del
proceso proyectual, y por lo tanto lejano del reduccionismo tecnicista y
del styling superficial. Concretamente, Aguirre nos propone una re-
flexión sobre la experiencia cromática en arquitectura que se apoya en
las contribuciones de la teoría del color así como en los célebres estudios
de Juhani Pallasmaa sobre la percepción holística del espacio: su obje-
tivo es el de profundizar en los diferentes papeles jugados por el color
en la vivencia del espacio por parte del usuario, más allá de lo estric-
tamente visual. Estas reflexiones se inscriben, además, en el marco de
una investigación más amplia que el autor ha ido desarrollando en los
últimos años, y que también explora la posibilidad de un uso “inclusivo”
del color en espacios para usuarios con diversidad funcional.
El monográfico se cierra con dos reseñas a cargo, respectivamente, de
Jorge Luis Marzo, historiador del arte y docente en Bau Centro Univer-
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sitario de Diseño de Barcelona y Joana Masó, profesora de literatura e
investigadora de la Universidad de Barcelona. Las dos reseñas exploran
aspectos y modos de la contra-hegemonía, no directa y específicamen-
te vinculadas con el diseño sino, más bien, con el ámbito general de la
estética y de la teoría del arte.
En el marco de sus investigaciones recientes sobre el concepto de fake,
Marzo dedica su reseña al último texto del filósofo surcoreano Byung-
Chul Han, Shanzhai. El arte de la falsificación y la deconstrucción en
China, quien utiliza la concepción china del conocimiento para cuestio-
nar la pretensión de objetividad de las nociones occidentales de autoría,
autenticidad y creación ex nihilo, y para explorar otras maneras -abiertas
y plurales- de entender los procesos contemporáneos de construcción de
la imagen.
Por su parte, Joana Masó presenta la recientemente aparecida obra El
hilo perdido, Ensayos sobre la ficción moderna, de Jacques Rancière, en la
que el filósofo francés explora las implicaciones políticas intrínsecas en
las formas modernas de construcción literaria de finales del siglo XX
que, renunciando al “hilo” de los cánones aristotélicos de la narración,
abrieron por primera vez el camino hacia la articulación de temas, mate-
riales y sujetos tradicionalmente jerarquizados en un plano de igualdad.
Diseño y arte colaboran en crear ámbitos -materiales y simbólicos,
como se ha dicho- de resistencia contra-hegemónica que se sitúan en
lo que el propio Rancière define “reparto de lo sensible” (2009), y en
posibilitar así nuevas formas de mirar y vivir el mundo.
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Inmaterial 02. Ernesto Ramon Rispoli, Mara Martínez Morant
Ernesto Ramon Rispoli
Doctor en Historia de la Arquitectura y del
Urbanismo por el Politecnico di Torino.
Actualmente es profesor investigador en Bau,
Centro Universitario de Diseño de Barcelona,
donde imparte la asignatura de Estética y Teo-
ría de las Artes. Es miembro de GREDITS
(Grup de Recerca en Disseny i Transformació
Social). En sus investigaciones se ocupa princi-
palmente de cuestiones de teoría e historia de
la arquitectura y del diseño, y de sus implica-
ciones socioculturales y políticas. Es autor de
la monografía Ponti sull’Atlantico. L’Institute
for Architecture and Urban Studies e le relazioni
Italia-America (Macerata: Quodlibet, 2012),
y de ensayos y artículos publicados en revistas
disciplinares.
Mara Martínez Morant
Doctora en Antropología Cultural y Social
por la Universidad de Barcelona. Profesora e
investigadora en Bau, Centro Universitario de
Diseño de Barcelona, donde imparte la asigna-
tura Antropología Sociocultural y es miembra
de GREDITS (Grup de Recerca en Disseny
i Transformació Social). En sus investigacio-
nes se ocupa de cuestiones vinculadas con el
cuerpo, tanto humano como de otros animales,
enmarcado en la perspectiva posthumanista.
Autora de trabajos como: Reflections on An-
thropology and Design. My Desk is my castle.
2011. Exploring Personalisation Cultures.
Basel: Birkhäuser; Experimentar el embarazo o
el aborto. 2013. En: Maternidades, procreación y
crianza en transformación. Bellaterra: Barcelona;
Veganismo ¿una identidad social emergente?
Congreso Internacional de Antropología, Bar-
celona, 2016 (pendiente de publicación).
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Referencias
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Lasn, K., 2007. Sabotaje cultural. Manual de uso. Barcelona: Viejo Topo.
Latour, B., 2004. Why has Critique Run out of Steam? From Matters
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Manzini, E., 2015. Cuando todos diseñan. Una introducción al diseño para
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[fecha de consulta: 28 de noviembre del 2016].
Rancière, J., 2009. El reparto de lo sensible. Estética y política. Santiago:
LOM Ediciones.