Pensar infraestructuralmente
Ensayo celebratorio de la publicación del
libro de Mongili, A. y Pellegrino, G., eds.,
2014. Information Infrastructure(s): Boun-
daries, Ecologies, Multiplicity. Cambridge:
Cambridge Scholars
Tomás Sánchez Criado
1. ¿Infraestructuras? De objetos de
frontera y objetos múltiples
En diferentes ramas de las ciencias sociales inte-
resadas por el «giro material», estamos asistiendo
a una revitalización y a una creciente oleada de
trabajos sobre las infraestructuras como objeto
de reflexión, teorización e intervención primor-
dial. De los muchos trabajos que actualmente
están desarrollando diferentes vertientes de este
giro hacia las infraestructuras, la compilación
de Alessandro Mongili y Giuseppina Pellegrino
titulada Information Infrastructure(s): Boundaries,
Ecologies, Multiplicity es, quizá, uno de los in-
tentos más sistemáticos y pormenorizados hasta
la fecha. El libro, de hecho, presenta catorce
interesantes trabajos inspirados en la etnografía
de las infraestructuras desarrollada por Susan
Leigh Star, una de las investigadoras etnográfi-
cas más agudas de nuestra contemporaneidad, y
sus colaboradores. El conjunto de los capítulos
compilado por Mongili y Pellegrino se inicia con
un prólogo de Geof Bowker (a la sazón, compa-
ñero intelectual y sentimental de la recientemen-
te fallecida S. L. Star), que, de alguna manera,
responde a la invocación que ya plantearan de
«escuchar las infraestructuras» (Star y Lampland,
2009: pp. 11-13).
A continuación, el libro se inicia con la erudita
y profusa introducción de Mongili y Pellegrino,
un interesante trabajo de sistematización de las
fuentes y los principales rasgos de esta llamada
al estudio etnográfico de las infraestructuras.
En este texto introductorio encontramos los
principales rasgos de un pensamiento que no
concibe lo social y lo material como dos cues-
tiones separadas, sino entrelazadas en complejos
entramados no-coherentes, pero extremadamen-
te globalizados, como las infraestructuras de la
información. Son unos conglomerados particula-
res que a la vez coordinan y son el efecto de muy
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Inmaterial 01. Tomás Sánchez Criado
diversas tareas y trabajos entre muy diferentes
La principal cuestión que plantea esta sensibili-
tipos de actores, pero lo interesante es que no
dad es, por consiguiente, que no sabemos nunca
nos encontramos ante una mera reinstanciación
si tal o cual fenómeno opera como un entramado
del debate marxista sobre la infraestructura
sociomaterial, si se trata o no de una infraestruc-
como modo de producción que permite fundar
tura, sin llevar a cabo un trabajo minucioso de
estructuras sociales y que es escondido o invisibi-
observación y registro de cómo se trabaja, cómo
lizado por formas de superestructura ideológica.
se piensa o cómo se articula material y práctica-
Tampoco se trata de un trabajo que destaque lo
mente la organización del trabajo en común en
infraestructural para referirse hiperbólicamen-
situaciones concretas, prestando atención a quién
te al sustrato permanente y sólido de nuestras
hace qué, cómo y a través de qué, así como de
prácticas cotidianas.
qué maneras mostramos lo que se hace y habla-
mos de ello.
Nos encontramos, más bien y en una relación de
difracción con otras versiones de la infraestruc-
Pero, además de ser objetos potencialmente
tura, ante una indagación sobre formas sociotéc-
múltiples, uno de los aspectos más importantes
nicas extremadamente complejas, cuya organici-
analizados por Star y Bowker y sistematizados
dad o sistematicidad es, en muchos casos, puesta
y resaltados por Mongili y Pellegrino es el papel
en duda empíricamente y cuya topología o forma
de la visibilización y la invisibilización, así como
es mucho más compleja, puesto que funcionan
la oclusión y la violencia que pueden generar
según el momento como totalidades más o
estas formas de concertación de la acción, por lo
menos coherentes. Para resaltar esta cuestión, no
que hacen o no presente, por cómo mantienen y
pocos de los trabajos del libro recurren a unos
reproducen diferentes categorizaciones que los
operadores conceptuales (denominados, en la
convierten en algo que va mucho más allá de dis-
jerga de Star, «objetos de frontera» o boundary
positivos de «ordenación» o de «sistematización
objects) que remiten a cómo se conectan, sin
de la información».
mezclarse, modos distintos y a veces inconmen-
surables de trabajar, organizarse o pensar en
Estos efectos se puede observar fácilmente en
común, sin la necesidad de que todos los actores
la construcción de bases de datos o formularios,
tengan una misma interpretación de la situación
ejemplos canónicos entre los estudiados por
en curso. Estos boundary objects actúan, por ende,
Bowker y Star (2000), de lo que da buena cuenta
como operadores para pensar las infraestruc-
el capítulo de Simona Isabella que analiza en
turas como un trabajo común entre situaciones
detalle los complejos procesos por medio de los
y agentes a veces inconmensurables, un lugar
cuales alguien es articulado y tratado como usua-
de frontera entre diferentes sujetos, objetos u
rio de un servicio en las prácticas de un call centre
objetivos de la acción. (Entre los capítulos del
y cómo esto no precede a un ímprobo trabajo
libro, tenemos buenos ejemplos de ello, como los
documental, de compilación y coordinación de
textos de Giacomo Poderi sobre infraestructuras
registros, que permite y/o limita ciertas formas
de videojuegos de código abierto o los de Federi-
en las que un servicio opera y se puede relacionar
co Neresini y Assunta Viteritti y Stefano Crabu
con aquellos a quienes llama sus «usuarios».
sobre diferentes objetos o mediadores implicados
en diversos trabajos de laboratorio.)
Pero esto también ocurre en las prácticas de
estandarización de los procesos más ínfimos,
Inmaterial 01. Pensar infraestructuralmente
87
no necesariamente relativos al universo digital,
Digo «por detrás», porque ese trabajo suele
que pueden ir desde la horma que se pone a un
ser «invisible»: la mayor parte de las veces, una
queso en su fabricación (o el molde de un pastel)
infraestructura es tal y no un verdadero proble-
hasta el tamaño de los folios o del papel moneda
món, porque funciona sin que nos demos cuenta;
o las convenciones de tráfico, etcétera. Un buen
esto es, porque el trabajo de las personas que la
ejemplo de estas cuestiones son los protocolos
sostienen no se nos hace presente para que eso
que regulan los procedimientos, los tamaños o
que hacemos o queremos hacer se nos haga tan
los mecanismos concretos de los diseños tecno-
fácil o difícil.
lógicos, como los dispositivos de dispensación
automática de medicamentos que Stefan Klein
Esta sugerencia pone el foco en los modos de
y Stefan Schellhammer analizan en su capítulo
interconexión múltiples entre entidades (datos,
para el libro.
ideas y dispositivos) que fundan estos órdenes
sociomateriales (Mol, 2002). Por si no queda
Toda esta serie de planteamientos nos ponen en
suficientemente claro, esta sensibilidad analítica
la pista de un buen puñado de trabajos que se
fundada en estudios empíricos de orientación
libran de que, cuando decimos «infraestructu-
etnográfica parte del convencimiento de que
ras», solo sepamos entender eso que llamamos
nuestras sociedades no están hechas de meros la-
«grandes sistemas tecnológicos conectados»
zos humanos cognitivos, intelectuales o afectivos
(la luz, el agua, el gas, internet, etcétera). Este
inmateriales: para explicar las complejas formas
planteamiento ayuda más bien a poner el foco en
sociales de nuestra contemporaneidad, no po-
los diferentes formatos, tentativas y propuestas
demos asumir que para que vivamos en común
sociomateriales de «poner orden» (Star y Lam-
la gente tenga que opinar lo mismo, tenga los
pland, 2009: pp. 19-21), pero no asumiendo la
mismos hábitos y vaya cogida de la mano hacia
máxima modernista de que esto se pueda produ-
el futuro. Desde luego, esto nos puede ayudar a
cir limpiamente, purificando y rompiendo con el
entender los complejos efectos y prácticas comu-
caos y el desorden: a veces, poner orden supone
nes, aunque no-coherentes, múltiples y heterogé-
embarullarlo todo, quizá, cada vez más.
neos, que produce esa red de interconexión que
conocemos como Internet.
Me explico. Estos trabajos nos ponen ante el
problema de observar cómo se da empírica-
Efectivamente, no es que no sea interesante
mente la consecución de un orden, pero a la vez
pensar en la red eléctrica o en la conexión a In-
prestando atención a que ese orden puede ser
ternet, pero lo interesante es cómo se producen,
más bien un efecto, un resultado de este conglo-
distribuyen y mantienen estas relaciones, estas
merado de entidades que nos ejecuta, que nos
materias circulantes y quizá cambiantes, estos
infra-estructura, que nos dice quiénes somos o
gigantescos emplazamientos. La pregunta es:
quiénes podemos ser, pero —si es que esto tiene
¿Qué propuestas de vida concreta nos plantean?
sentido— «por detrás»: lo digo pensando en
Dicho de otro modo, ¿qué invitación nos hacen
que las bambalinas de un teatro o el trabajo del
para vivir qué vida en qué momentos? Y, por
apuntador son capaces de sostener una actua-
tanto, ayudan a entender por qué y cómo cierta
ción, una dramaturgia (Brisset y Edgeley, 1990;
gente desarrolla formas y modos de resistencia
Goffman, 1956).
específicos ante estas invitaciones infraestruc-
turadoras que son, a su vez, el trabajo por otra
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Inmaterial 01. Tomás Sánchez Criado
infraestructura. Tenemos un buen ejemplo de
práctica» concretas (esto es, un estándar
ello en el fantástico y rico capítulo de Jérôme
para una persona o colectivo puede no
Denis y David Pontille sobre el mapeo volun-
serlo para otros: siempre requieren una
tario de rutas ciclistas por parte de usuarios de
economía o una ecología en torno a cada
la plataforma OpenStreetMap, un trabajo que
estándar particular, que le da sentido a
podría interpretarse como unos usuarios pará-
cierta forma de interpretar su funciona
sitos de una plataforma abierta o como formas
miento y puesta en marcha).
de parasitación del trabajo de los usuarios por
4. En muchas ocasiones, deben estar in
parte de una plataforma abierta en la cual unos
tegrados con otros de diferentes
usuarios son parásitos de otros.
organizaciones, países y sistemas técnicos,
como, por ejemplo, los protocolos
Pero estos intentos de producir otros modos
del correo electrónico o las normas ISO.
sociomateriales de ser-en-el-mundo, de gober-
5. Codifican, encarnan o prescriben
nar una ecología relacional de otra manera, no
éticas y valores (a menudo con grandes
solo permiten fundar otras infraestructuras en
consecuencias para los individuos).
su totalidad, sino que en ocasiones producen
De hecho, una estandarización suele
entramados de lo más complejos. Ese carácter
suponer que se quede fuera o se descarte
complejo y de frontera, así como el estudio de
la diversidad ilimitada —«e incluso la li
los momentos en los que algo se nos muestra
mitada»— de seres, cosas, características,
como una infraestructura o como un sistema de
etcétera. Dicen que este silenciamiento
interconexión, nos obligan, a su vez, a pensar en
potencial de la otredad que implica la
las capas o en el multicapado de las prácticas. De
estandarización, aunque no siempre se
alguna manera podríamos decir que la figura de
dé en las formas discursivas históricas
la infraestructura pensada de este modo revisita
en las que esto se ha solido dar, como
la metáfora del «hojaldrado de lo social» o de «lo
el racismo, el clasismo, el machismo y el
social como algo multicapa», usada desde hace
capacitismo —los derechos humanos
algunas décadas por el historiador Michel de
también son una forma, bastante rígida
Certeau y por el semiólogo Paolo Fabbri, pero
a veces—, es una elección moral y tam
detallando las formas concretas en las que se
bién práctica, relacionada con la forma
producen solapamientos, imbricaciones, fusiones
en la que se conforman las ecologías
de capas, pero también bloqueos, pegotes, etcé-
informacionales y en cómo se trata de
tera. En el resumen del trabajo de Star y Bowker
distribuir o de articular un modo de
que de forma precisa realizan Mongili y Pellegri-
convivencia.
no (pp. xxvi-xxvii), queda patente, por lo tanto,
que estos entramados:
Sin embargo, quizá, más que el estatismo del
1. Suelen estar anidados los unos en los
hojaldrado, una mejor metáfora, empleada por
otros.
Star y Lampland (2009: 20-21), es la de la «im-
2. Se distribuyen asimétricamente o de
bricación», porque nos habla —según dicen— de
forma desigual (en su impacto y en sus
cosas que funcionan juntas, pero sin necesidad
obligaciones) a lo largo de un entorno
de estar bien consolidadas [uncemented]. Esta
social.
imbricación implica cierta «intercambiabili-
3. Son relativos a «comunidades de
dad» de las partes que componen una potencial
Inmaterial 01. Pensar infraestructuralmente
89
infraestructura y a veces la parte sólida es la débil
ya creadas como el intento de pensar cómo las
en otros arreglos. Son totalidades hechas a veces
infraestructuras infra-estructuran la información
de retales, pero que vienen de muchos sitios para
o, por emplear la etimología resaltada por Latour
componer posibilidades y restricciones para la
(2001: p. 215), cómo se da la in-formación: esto
acción.
es, el libro pone en el foco la puesta en forma
o el constante formateo de nuestras formas de
Esta sensibilidad pone el foco en entramados
vida, que las infraestructuras digitales contem-
con escalas muy diversas, que pueden ir desde
poráneas no solo han ampliado y profundizado
lo ad hoc y lo incompleto hasta sistemas enor-
hasta la náusea, sino que, quizá, han hecho explí-
memente coordinados, entramados que fundan
citas de un modo peculiar.
órdenes con diferentes grados o formatos de de-
legación entre entidades y personas, objetos del
Lo interesante de esto es que, frente a los usos de
análisis etnográfico muy ambivalentes, porque
figuras holísticas de complejidad, como la metá-
no está claro qué es la infraestructura: incluso
fora de la red, para explicar el mundo contempo-
hay quien habla de «infraestructuras químicas»
ráneo, esta idea no supone pensar en la infraes-
(Murphy, 2013) para dar cuenta de las complejas
tructura como una «red interconectada de datos»,
interacciones con nuestro complejo tejido eco-
puesto que lo interesante es cómo se llevan a
lógico-industrial. Esta ambigüedad, que siempre
cabo operaciones que permiten la existencia de
debe resolverse empíricamente, nos remite más
«datos», que remiten a innumerables propuestas
bien al estudio de cómo se fundan o se articulan
y actuaciones destinadas al formateo, la valida-
ciertos órdenes sociomateriales y no otros, en
ción y la circulación de ciertos registros y trazos
momentos dados, en este momento, aquí, ahora.
materiales en el seno de o a causa de dispositivos
Para los trabajos de esta sensibilidad compilados
computacionales más o menos interconectados.
en el libro, las infraestructuras son un asunto
empírico, porque no hay nada como la infraes-
Y lo interesante de este modo de mirar eso que
tructura en abstracto. No se plantean sustantiva-
podríamos llamar infraestructuras es que quizá
mente como un «qué» sino que les interesa, más
las nuevas ecologías informacionales que han ex-
bien, plantearse el «cómo» y el «cuándo», porque
tendido y expandido el formateo no hagan sino
son cosas que solo se revelan en ocasiones y
revelar el carácter informacional por medio del
siempre en momentos específicos.
cual hasta lo más ínfimo se ha venido articulan-
do como «material informado» (por utilizar la
2. ¿Infraestructuras informacionales?
formulación de Barry, 2005). Es decir, en conti-
In-formación y política
nuidad con numerosos trabajos de los estudios
infraestructural del relato
de la ciencia y la tecnología que han hecho
presente cómo los hechos son producidos por
Más allá de esta caracterización de la infraes-
mediación de determinados registros documen-
tructura, la compilación de Mongili y Pellegrino
tales y formatos de circulación específicos (véase
acierta al pensar en el carácter particular de algu-
Latour, 1998), el libro hace ver magistralmente
nas de estas infraestructuras: las vinculadas con
cómo con la producción y circulación de capas y
la producción y la circulación de información.
registros de información los materiales devienen
De todos modos, su objeto central no es tanto
más ricos o desarrollados.
cómo circula la información por infraestructuras
90
Inmaterial 01. Tomás Sánchez Criado
Permítanme que me detenga en este aspecto,
Pero lo interesante que tienen las infraestructu-
porque creo que es enormemente revelador de
ras de la información analizadas profusamente
lo que implica la estrategia descriptiva de la
en los diferentes capítulos del libro es que esto
etnografía de la infraestructura que los capítu-
no es algo que le sucede solo a los conteni-
los compilados por Mongili y Pellegrino ponen
dos que circulan por las infraestructuras de la
encima de la mesa. Mientras que, en la manera
información, sino a las propias infraestructuras
de entender «la producción de datos» de algunos
de la información, con propiedades en muchas
discursos en torno al Big Data o la Smart City,
ocasiones «recursivas», por emplear el vocabula-
los «datos» se nos aparecen como algo dado -
rio de Kelty (2008) para resaltar el carácter a la
data, cualidades distales, propiedades externas de
vez de medio y objeto de las actividades de los
las cosas-, pensar en los procesos de in-forma-
profesionales o los activistas del software libre y
ción supone observar el papel que han cumplido
de código abierto, cuya tarea principal consiste
en diferentes ecologías informacionales (no solo
en trabajar sobre los medios digitales que les
digitales contemporáneas) tanto los dispositivos
permiten seguir existiendo como grupo.
representacionales más ínfimos -desde pequeñas
«tecnologías intelectuales» (como las llamaba
De alguna manera, este carácter recursivo supone
Goody, 1985), basadas en papel y lápiz, como
un modo peculiar de desarrollar o ampliar el
una lista de la compra, hasta construcciones
análisis de «trabajo invisible» del trabajo in-
grandes y complejas, como los archivos colo-
fraestructural que ya puso de relieve S. L. Star:
niales o las bases de datos digitales- como los
fue un aspecto crucial de su fundamento en
regímenes de valoración creados para validar e
metodologías y prácticas feministas. Es cierto
interpretar estos registros.
que, para que muchas infraestructuras puedan
operar como tales, debe quedar oculto o invi-
Dicho de otro modo, más que en el resultado
sible su funcionamiento, pero en los análisis de
o el efecto (los datos), esto supone pensar en el
los capítulos del libro, en sintonía con el trabajo
trabajo concreto para generar, formatear, validar
de Star, esto se emplea también para hablar de
y mantener entidades en circulación: algo que no
cómo la infraestructura lo es solo para aquellos
siempre lleva a generar seres o entidades que via-
que tienen el trabajo de la infraestructura como
jan sin modificarse, aunque esto es muy intere-
principal tarea, así como para hacer patente que
sante, porque nos lleva a preguntas cada vez más
ese carácter de algo como infraestructura era
concretas: ¿Qué viaja y cómo impacta dónde?
un resultado efímero o precario de un trabajo
¿Cómo se valida y se legitima ese dato circulan-
silencioso y permanente (con diferentes grados
te, por parte de quiénes y para qué? Si acaso, lo
de reiteración o, mejor, de re-iteración, de inten-
interesante es que este trabajo de categorización,
tar mantener en el ser con ciertas frecuencias y
catalogación, coordinación y gestión que nues-
ritmos).
tras actuales condiciones informacionales digi-
tales explicitan o hacen visible, con figuraciones
Hay aquí, en el planteamiento de Star y en
siempre concretas, apunta más bien al ingente
buena continuidad con él de los trabajos de esta
trabajo de crear y recrear las condiciones para
compilación, un intento programático para las
que esos datos puedan llegar a ser tales, algo que
ciencias sociales interesadas en los fenómenos
no podemos dar por descontado.
sociales y materiales contemporáneos —un pro-
grama relativo a la consideración de los efectos
Inmaterial 01. Pensar infraestructuralmente
91
de los relatos etnográficos que pueden llegar a
pulsamos la opción de «traer todo al frente» en
producirse—, porque el estudio y la visibilización
mitad de un día de trabajo intenso. Es decir,
etnográfica de lo que podríamos denominar un
no podemos pensar en hacer un uso acrítico de
«trabajo del trasfondo» -en tanto que trabajo
los formatos de visualización y de producción
invisible que funda lo que vemos como infraes-
de datos (tampoco los producidos por la propia
tructura, sin ver el trabajo que supone- tiene, en
etnografía), porque en ellos se están labrando
muchas ocasiones, el efecto de producir lo que
maneras no solo de interpretar, sino de articular
Bowker (1994) llama «inversiones infraestruc-
mundos.
turales». Este concepto remite al hecho de que
se trata de relatos que sitúan en el foco lo no
Si la etnografía de la infraestructura implica
considerado, lo a veces invisible, aburrido y gris
pensar nuestras infraestructuras e intentar dar
que funda nuestros órdenes cotidianos.
cuenta de esos trabajos del trasfondo e invi-
sibles que nos articulan, no podemos olvidar
En muchos relatos de Star (2002), estas inver-
lo que Star y Lampland llamaban «la política
siones infraestructurales se producen no solo
infraestructural del relato» (2009: pp. 23-24) ni
mediante el análisis —de esto dan buena cuenta
los efectos que producen las inversiones infraes-
los trabajos del libro—, sino a causa del fallo o
tructurales, de colocar en el frontstage lo que
el error como algo que permite, de forma menos
suele estar en el backstage, y que, en ocasiones,
costosa, evidenciar el trabajo de la infraestructu-
por estar velado o escondido, produce efectos
ra. Esto nos lanza a analizar el trabajo ímprobo
diferentes que si se dieran con plena visibilidad,
de entender cómo se monta la dramaturgia,
con luz y taquígrafos. Es decir, que pensar en
cómo se instalan los escenarios para que actue-
las infraestructuras no tiene por qué llevarnos a
mos, así como qué formas de pre-activar modos
un delirio de la transparencia, sin considerar los
de subjetivación, agentes o usuarios para que los
efectos de este acto de «hacer visible».
ocupen con mayor o menor frecuencia y estabili-
dad en el tiempo, destinando ingentes esfuerzos
Es en relación con esta política infraestructural
a entender cómo todos estos seres «mantienen
del relato, si me apuran, donde el libro compila-
las formas», es decir, las formas de relacionar-
do por Mogili y Pellegrino tiene quizá la única
se, de ser, de conectarse que nos propone cada
carencia, en un trabajo por lo demás riguroso,
infraestructura pequeña e ínfima.
iluminador y enormemente recomendable y no
precisamente porque los trabajos aquí compila-
Sin embargo, como ha planteado la propia Star
dos demuestren una obsesión o una sensibilidad
en muy diferentes lugares (Star, 2002; Star y
panóptica o una mirada desde ningún sitio —la
Lampland, 2009), relatar nunca es un ejercicio
complejidad y las finas tesituras situadas, dibuja-
inocente y puede tener innumerables efectos
das por los análisis de cada uno de los capítulos,
indeseados. Uno de los aspectos más importantes
nos hablan más bien de lo contrario—, pero la
de esto es que visibilizar ciertos órdenes de cier-
compilación no desarrolla ni coloca en su foco
tas maneras puede abrir también nuevos caminos
los efectos de los relatos que produce ni cómo
a la supervisión y la vigilancia, por no hablar de
podríamos experimentar con formatos alterna-
que un exceso de visibilización puede saturar y
tivos de hacer presentes y, por ende, de afectar o
densificar hasta la náusea, cuando, como en los
intervenir en estas infraestructuras más allá de
escritorios de nuestros ordenadores portátiles,
una narración naturalista, olvidando buena parte
92
Inmaterial 01. Tomás Sánchez Criado
de la obsesión infraestructural por las condicio-
vos. No lo digo como una carencia, sino como un
nes de producción de los propios relatos que, al
objetivo propuesto para quienes nos interesamos
menos en antropología, trajo consigo el llamado
por estas cuestiones, puesto que sigue siendo uno
«giro reflexivo» y su atención recursiva a los
de los grandes retos para la etnografía de la in-
modos en los que se producen los propios relatos
fraestructura: ¿cómo visibilizamos y ponemos en
y sus efectos (Clifford y Marcus, 1986; Faubion y
común nuestros relatos sobre las infraestructuras
Marcus, 2009).
y qué efectos podemos producir sobre ellas? Soy
consciente de que el libro tiene una intención
Este reconocimiento del efecto potencial de los
más declarativa y descriptiva sobre lo que supo-
relatos producidos en los procesos de in-forma-
nen nuestros complejos mundos informacionales
ción requiere que nos hagamos responsables de
actuales, pero pienso que quizá un desarrollo
las herramientas de visibilización (por no hablar
del mismo podría poner en el centro el carácter
de otras modalidades sensoriales), evaluación o
recursivo para los relatos de la infraestructura.
valoración que podemos crear en nuestros ejer-
cicios narrativos para hacer presente el trabajo
Además, considero que quizá podría buscarse
de in-formación, porque no es tan sencillo como
inspiración para ello en algunos trabajos más
poner una cámara, grabar y ya está. El modo
activistas, irónicos y reflexivos sobre las propias
concreto de registrar y de armar el relato tam-
condiciones infraestructurales de los relatos
bién forma parte de estos trabajos de infra-es-
digitales, como los desarrollados por Shannon
tructuración (véase Marrero, 2008, para un buen
Mattern (2013, 2015) para abordar la represen-
resumen) y, como sabemos, con enormes efectos
tación de las infraestructuras y los complejos
potenciales, a veces desastrosos.
entramados mediáticos contemporáneos, una
serie de trabajos que, de alguna manera, desa-
Documentar y contar o dar cuenta de algo es
rrollan la preocupación contemporánea por la
un gran quebradero de cabeza. A veces se puede
«poética de las infraestructuras» (Larkin, 2013)
registrar en el momento y en otros, solo de
-esto es, por entender lo que construyen o traen
forma diferida. No es lo mismo el video que las
a la existencia las infraestructuras-, intentando
fotos o el dibujo, pero, ¿qué tipo de dibujo? ¿Qué
explorar diferentes formatos de la «poética del
planos fotográficos? ¿Con qué fin? Si grabamos,
relato», diferentes medios y aproximaciones sen-
¿cómo lo hacemos y qué clase de cuestiones nos
soriales para experimentar con formas reflexivas
planteamos sobre las maneras de hacer circular
e irónicas los modos en los que producimos las
lo que hemos tomado de una situación y un
«inversiones infraestructurales»; esto es, cómo
momento especial? Y luego, ¿qué relato produci-
nuestros relatos también podrían llegar a in-for-
mos y cómo se comparte? Y todo esto sin hablar
mar nuevas infraestructuras o nuevas formas de
de dónde lo colgamos, porque no es lo mismo
pensar y de relatar infraestructuralmente.
un tipo de repositorio que otro, que enmarca y
produce.
A pesar de sus múltiples virtudes, el libro —
según el humilde juicio de un servidor— no
aborda la política infraestructural del relato y las
experimentaciones con diferentes modos narrati-
Inmaterial 01. Pensar infraestructuralmente
93
Tomás Sánchez Criado
Investigador Senior, Munich Center for Techno-
logy in Society y Departamento de Arquitectura,
Universidad Técnica de Múnich.
E-mail: tomas.criado@tum.de
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